El joven de 19 años, cuyo estado civil era soltero, salió de San Dionisio del Mar el 18 de junio rumbo a los Estados Unidos, con la finalidad de mejorar su nivel de vida y la de sus padres; lamentablemente, aunque logró cruzar la frontera, murió en territorio de Texas.
Tras confirmarse el deceso, sus padres Juan Díaz Zurita y Virginia Trinidad Cantero recibieron la noticia de su muerte vía mensaje telefónico el 25 de junio. Ahora, luchan por la repatriación del cuerpo recurriendo tanto a sus paisanos que radican en Estados Unidos, como a las autoridades estatales y federales, pues no cuentan con los recursos económicos para realizar las gestiones.
A través de la magistrada Berta Orozco Marquez, la familia logró acceder al apoyo del Instituto Oaxaqueño de Atención al Migrante (IOAM). La instancia ya se comunicó con el padre de la víctima y se comprometió a cubrir los gastos del traslado del cuerpo de la ciudad de Oaxaca a la población de San Dionisio del Mar; además de asesorarlo para acudir o hablar al Consulado de México en Laredo, Texas, para solicitar el apoyo total del traslado de los Estados Unidos a México.
El caso ha conmovido a los habitantes de San Dionisio del Mar, así como a la comunidad de migrantes mareños radicados en los Estados Unidos, que han realizado donaciones a la familia mediante una cuenta bancaria.
A ellos se suman los otros cuatro oaxaqueños que fueron identificados entre las víctimas mortales del tráiler abandonado en una carretera de San Antonio, Texas, de quienes aún no se ha repatriado sus cuerpos a Oaxaca.