La serie fotográfica muestra distintas piezas paleontológicas principalmente localizadas en comunidades de la Mixteca, los cuales algunas permanecen en venta. En este caso la denuncia fue realizada hace unos días por Verónica Aguilar, correctora, traductora y lingüista Tu´un Savi originaria de San Juan Mixtepec.

Según la denuncia en las redes de dicho proyecto se muestra una “gran cantidad de fotos de fósiles y piezas arqueológicas”, por lo que tras un tiempo de monitoreo pudo comprobar que en realidad se trata del saqueo de sitios arqueológicos y yacimientos paleontológicos, mismo que ha afectado al menos a 15 sitios en diversas comunidades.
“El saqueo se esconde detrás de la difusión científica y la promoción de museos, pero es lo que es: robo de fósiles y piezas arqueológicas. Esta persona se mueve principalmente en la Mixteca. Se aprovecha de la buena voluntad de las personas y con el pretexto de la enseñanza (es profesor) saca las piezas de las comunidades mixtecas, las almacena, las vende, dona y daña con diferentes propósitos”, narra la lingüista.
Como en este caso, si se amplían una búsqueda en redes sociales y páginas de internet, se pueden localizar piezas de distintas culturas de Mesoamérica, mismas que pueden comprarse en variedad de precios con facilidad, a través de distintas plataformas digitales y redes sociales.
Especialista en códices, el experto señala que el resultado de los saqueos a las comunidades mixtecas termina como parte de colecciones privadas y de muchos museos.
“A principios del siglo XX, muchos artistas fueron fanáticos de coleccionar piezas arqueológicas; El movimiento de adquirir piezas, está reforzando el saqueo y al robo a la identidad de las comunidades”, narra.
De acuerdo a la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas determina que estas piezas son “propiedad de la nación —inalienables e imprescriptibles— los monumentos arqueológicos muebles e inmuebles”, por lo que no hay una propiedad privada en ese sentido. Además, en el artículo 29 se establece que quien encuentre bienes arqueológicos “deberá dar aviso a la autoridad civil más cercana”.
En este sentido, puede definirse como saqueo cuando distintas personas, ajenas o pobladores de las propias comunidades, encuentran piezas arqueológicas y no dan el aviso correspondiente a las autoridades. Por el contrario, colocan las piezas a la venta en redes sociales y en portales de internet, por falta de información o por obtener algún beneficio monetario.
“La venta y apropiación de las piezas arqueológicas y paleontológicas ocurre regularmente en las comunidades por falta de información o bien, por “desafortunadamente hay menos reglas de protección”, añade Omar Aguilar.
La que sucede en la Mixteca no es aislado, pues según información oficial en Oaxaca, junto con otros estados del sureste de México, predomina el saqueo de piezas arqueológicas de distintas culturas.
Al respecto de los espacios que son saqueados, Omar Aguilar expone que se trata de “lugares sagrados donde nuestros antepasados decidieron vivir, realizaron sus prácticas, sus rituales, todo esto carece de sentido porque ahora se ven como ruinas. Todo por la consecuencia de un proceso colonial de enajenación y desvinculación”, dice, mientras recomienda que deben fortalecerse a las asambleas comunitarias para poder hacer frente al saqueo.
“Las propias comunidades, a través de sus estatutos comunales, pueden establecer los lugares sagrados para resguardar porque es un derecho que ellos tienen y entre las comunidades deben ponerse de acuerdo qué lugares quieren ellos proteger. Además, ellos tienen la obligación de proteger su propio patrimonio cultural”, reflexiona y expone el especialista como solución para evitar o disminuir los constantes saqueos que viven las comunidades.
Como ejemplo señala que en el municipio de Santo Tomás Ocotepec, en su estatuto comunal, se tienen determinados los lugares sagrados. “En lo interno, Ocotepec ha demarcado varios sitios como sagrados. Estos son regulados y señalan de manera tajante: ‘no pueden ser perturbados, ni vendidos, ni comprados y para acceder a ellos debe ser con respecto, y para quienes no son de la comunidad deben de pedir permiso al comisariado de Bienes Comunales'”.
Sin bien el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) conserva y difunde el patrimonio arqueológico, antropológico, histórico y paleontológico de la nación con el fin de fortalecer la identidad y memoria de la sociedad que lo detenta, “al final de cuentas, el INAH tiene que ver con una cuestión de presupuesto, económicas y turísticas”, añade el especialista.
A ello el arqueólogo Omar Aguilar señala que debe cuestionarse cómo es que llegan las piezas a los coleccionistas o a los grandes museos y responde que es debido a la desconexión, la pobreza y de las buenas intenciones de los pobladores de distintas naciones.
De acuerdo al artículo 47de la Ley Federal sobre Monumentos y Zonas Arqueológicas, Artísticas e Históricas, al que realice trabajos materiales de exploración arqueológica, por excavación, remoción o por cualquier otro medio, en monumentos arqueológicos inmuebles, o en zonas de monumentos arqueológicos, sin la autorización del INAH, se le impondrá se le impondrá prisión de tres a diez años y multa hasta por el valor del daño causado.