Desde febrero de 2020, el pueblo tacuate, presente en más de 10 localidades del municipio de Santa María Zacatepec, tiene el mismo reconocimiento constitucional que el amuzgo, nduudu yo, chatino, tsa ju jmí, runixa ngiigua, slijuala xanuc’, ikoot, ixcateco, ha shuta enima, ayuujk, ñuu savi, nahua, triqui, zapoteco y o’de püt.
Ese año, el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) aún los incluyó en el Censo de Población y Vivienda como mixtecos (ñuu savi).

“En el censo del Inegi nos obligaban a decir eso [que eran mixtecos]; cuando el estado nos reconoció, hicimos una gran fiesta, a partir de entonces, cualquiera que nace es tacuate”, señala Pedro López.
“Ahora ya no se confunden de Zacatepec, sino que se nos dice Zacatepec de Tacuates y eso mantiene una cultura con una base sólida”, explica.
Los pobladores de Zacatepec viven en el punto trino ubicado entre las regiones Mixteca, Costa y Sierra Sur; los define y diferencia su lengua, indumentaria, cultura y gastronomía.
Basados en la traducción de un lienzo de 1557 resguardado en la Casa de Los Lienzos, antropólogos indican que los tacuates vienen del Cerro de la Campana, en el municipio de San Andrés Cabeza, de donde se dividieron en dos grupos: uno que se fue para Santiago Ixtayutla, y otro a Santa María Zacatepec, donde hay más de ocho comunidades tacuates.
En el lienzo también se narra que en 1557 se unieron los dos últimos señores que gobernaron esta zona: “Uno de ellos venía de la Villa de Tututepec, del reinado del Cerro del Pájaro, es el último linaje, ellos mandaron hacer el lienzo para marcar los límites de todo el reinado de Zacatepec”, expone el encargado de la Casa de los Lienzos.

Esta comunidad también cuenta con sus propios rituales, una vasta gastronomía y una lengua propia. “Nos definimos como tacuates, que viene de dos versiones del Señor de Serpiente y del tlacuache, aunque los antropólogos dicen que la palabra tacuate aún es un misterio”.
Doña Simona López aún se confunde al responder sobre su lengua: “Hablo mixteco”, dice. Luego pausa la charla, pestañea, reflexiona y corrige: “Hablo tacuate”; es algo común de escuchar entre otros pobladores.
Doña Simona, de 51 años, aprendió a coser a los 12; fue así como su tía le enseñó a ser autosuficiente: “Me ponía a hacer esos animalitos y me decía que los vendiera para tener mi propio dinero”.

Entre los platillos que las familias usan en los rituales para socializar, destaca el pollo chirundo, el cual se acompaña con tortillas en salsa roja.
Simona López describe que hace 40 años aprendió la sazón de su abuela y sus tías, quienes preparaban la comida de las fiestas del pueblo. Ahora, a ella y a sus hijas les encargan la elaboración de los alimentos.
La población tacuate se dedica a la siembra de milpa, frijol y chile. Debido al calor, desde temprana hora del día los hombres acuden al campo.
Los adultos de esta comunidad recuerdan que antes recibían burla y discriminación por el sólo hecho de nombrarse: “La gente que le llamaban ‘de razón’ nos hacía burla, nos decía ‘tacuates cola de avión’. Pero acá estamos viviendo bien o mal, pero acá estamos”, dice Sebastián Aguilar, de 80 años, uno de los miembros del Concejo de Principales de Zacatepec.
Mientras que Pedro López, encargado de la Casa de los Lienzos, reconoce que antes de ser oficialmente reconocidos, a muchos tacuates les daba pena decir que eran de una comunidad distinta a la mixteca; no obstante, ahora lo enuncian con orgullo. “Caminamos con la cabeza de frente y con orgullo decimos lo que somos”.
Sebastián Aguilar lamenta que los jóvenes y niños ya no hablen la lengua, aunque su preocupación aminora al asegurar que pronto llegarán las clases en su lengua materna.
Quedan alrededor de 3 mil 400 hablantes del tacuate, de los 17 mil 100 habitantes que contó el Inegi en 2020 en Zacatepec; entre ellos hay quienes lo hablan con una mezcla del español, indica Pedro López.

“Nosotros estamos viejos, pero los niños que aprendan para fortalecer la lengua, no queremos perder la lengua; yo tengo nietos, pero ya no hablan, hay partes que entienden bien y otras que no”, expresa don Sebastián López.
En los próximos días, pobladores tacuates de Santiago Ixtayutla y Santa María Zacatepec se encontrarán en Ixtayutla para convivir e intercambiar sus cotidianidades, comparte el director de la Casa de la Cultura, Uriel Aguilar Guzmán.
Aguilar Guzmán detalla que entre las acciones que han impulsado para fortalecer la identidad están la difusión de fiestas ceremoniales, el carnaval y la lengua. Además, afirma que los jóvenes se están interesando más en la cultura, la vestimenta y sus orígenes.
“Los hombres han retomado el uso del cotón tradicional; antes sólo lo usaban los tacuates mayores, ahora muchos jóvenes ya tienen sus trajes tradicionales en casa”, dice.
La implementación de talleres sobre la lengua para que los niños aprendan y no se extinga es otro de los acuerdos que pondrán en práctica.

“El que ya se haya dado reconocimiento, estar en el Congreso, nos fortalece y ojalá en lo sucesivo las diferentes dependencias del gobierno del estado y de la Federación nos den una muestra para entrar a las inversiones y nos traten adecuadamente, respetando nuestra organización y planeación como pueblo tacuate”, pide Denis Guzmán Peláez, edil de Santa María Zacatepec.
El munícipe explica que el reconocimiento ha reducido la división entre las personas nativas y mestizas. “Estamos trabajando [para] entrelazar a todos, para que todos salgamos adelante; hay una convivencia más sana, lo que pensamos que fortalecerá nuestra identidad, porque todos los que nacemos en Zacatepec nos identificamos como tacuates”.