Para la familia de Josué, ha sido una pérdida que cada día de espera inagotable se hace más grande. Hoy, por fin, les confirmaron el traslado del cuerpo de su familiar, pero sin darles mayores datos o información precisa, por lo que se mantienen incrédulos ante la noticia. “Ya no les creemos”, señalan ante el aviso de las autoridades.
A través de este medio, previamente la familia de Josué había solicitado a las autoridades no prolongar más su sufrimiento y exigieron que se agilizara la entrega de los cuerpos de los cuatro oaxaqueños.
“No habíamos tenido estas experiencias tan dolorosas y desgastantes”, señalaron entonces en entrevista.
Sobre los cuerpos de los otros dos jóvenes fallecidos, ambos originarios de San Miguel Huautla, en la Mixteca, aún no se cuenta con fecha.
La tarde de este martes Luz Velasco, pareja de Javier, otra de las víctimas, confirmó a este medio que nada sabía sobre la repatriación del cuerpo y que las autoridades no se habían comunicado con ella.
De las cuatro personas originarias de Oaxaca, dos eran de San Miguel Huautla, en la región Mixteca: Marco Antonio V., y Javier F., también figura Josué D., de Santa María de Tlahuitoltepec, Sierra Norte; y Mariano S., de San Felipe Usila, de la Cuenca de Papaloapan.
“No hay trabajo más que puro campo, por eso, por la necesidad, por buscar una mejor vida, por eso la gente se va”, asegura Epifanio López Hernández, tío de Javier.
Los vecinos de Cerro Verde señalan que son pocos los jóvenes que migran, y cuando se van, tardan en regresar. En la comunidad, de unos100 habitantes, apenas se sobrevive del campo y de la elaboración de artesanías con palma que además es mal pagada.