Alexis tenía 30 años y era un sicólogo que ejercía y atendía a pacientes en su consultorio, cuando decidió que no estaba dispuesto a seguir con una vida que no era la que él quería.
Con eso en mente, tomó pinturas y gises, y acompañado de un grupo de amigos comenzó a recorrer un sendero que lo llevó hasta el expresionismo, mismo que desde entonces no ha abandonado y que le ha dado un sello particular a su obra.
“Mi trabajo es muy gestual, no tan dibujado, es el gesto y la emoción que voy teniendo... es siempre como lo siento o me emociono”, cuenta.
Entonces, recuerda, le pedían que en lugar de plasmar sus personajes casi geométricos y con sonrisas enigmáticas, optara por pintar paisajes de Monte Albán o motivos similares, más afines a los que buscan los compradores que llegan al mercado de arte oaxaqueño.
A casi una década de distancia, sus seres, nacidos lo mismo de la desesperación que de la alegría, han logrado posicionar a Alexis entre los artistas de Oaxaca cuya obra propone ir más allá de lo tradicional y ha sido aceptada precisamente por ello.
“Voy mucho al día, a veces es muy gestual y pinto un personaje así porque es el que tiene que vivir en ese momento. A lo mejor estoy desesperado y sale un personaje desgarrado, enojado, la mayoría los vas ver con una sonrisa”, narra Alexis en entrevista sobre su imaginario.
Gracias a ello, participa ahora en proyectos como la realización de un mural en la capital, denominado Oaxaca en la frontera, en colaboración con artistas locales y de la frontera con Estados Unidos, como Enrique Chiu.
Con esta obra, explica, se busca que se visibilice la situación migratoria de los oaxaqueños en aquel país y que además sirve como antesala para que intervengan el llamado Muro de la Hermandad, que divide a ambos países, pero que ha sido resignificado con arte.
“He hecho arte-objeto, pero lo de las botas me pareció algo genial. Lo que sigue, porque la gente lo está pidiendo, son series propias, muy exclusivas de botas totalmente pintadas, intervenidas por mí”, cuenta a EL UNIVERSAL Alexis, quien está convencido de que, a través de este tipo de apuestas, el arte puede llegar a muchas más personas.