Apuesta oaxaqueña Sandra Luz López por un cine sensorial en “El Compromiso de las Sombras”
En su segundo documental de Sandra López aborda la manera en que las personas afromexicanas se despiden de sus seres queridos muertos
Oaxaca de Juárez.- Para la documentalista oaxaqueña Sandra Luz López Barroso, el cine no es terapia, pero sí puede ayudar a entender de otra manera lo íntimo. Con esa intención fue que se acercó a Lizbeth, una mujer afrodescendiente de San Nicolás Tolentino, en la Costa Chica de Guerrero, quien cumple con la singular tarea de guiar los rituales fúnebres.
Lizbeth es la protagonista de El compromiso de las sombras, el segundo documental de López Barroso, en el que se aborda la manera en que las personas afromexicanas de esta parte del país se despiden de sus seres queridos muertos, algo que para la cineasta implicó un involucramiento personal y emocional profundo.
“Yo le planteé a Lizbeth que quería entender de mejor manera las formas de despedirnos, porque no me había podido despedir de mi papá en la muerte y eso me llevó a un duelo muy extraño”, comparte.
“En la Costa Chica, los niños están junto al cuerpo, lo tocan, todas las edadas intervienen, las gallinas pasan, los burros, los caballos... No hay esta cosa de que te tienes que vestir de negro para ir a la ceremonia, no hay esta cosa de que tengo que llorar hacia adentro para que no se den cuenta.
“De repente, hay una libre expresión de ese sentimiento que te atraviesa y creo que eso es lo que yo quería vivir con la cámara de por medio: poder sentir mi propio duelo, poder vivir mi propio duelo a partir de los duelos de otras personas y de la guía de Lizbeth”.
Este acercamiento tan personal en el cine de López Barroso, quien estudió cinefotografía en el Centro de Capacitación Cinematográfica (CCC), pareciera configurarse como una característica de su mirada a través de la lente.
Foto: Mario Arturo Martínez
El impulso que le lleva a hacer películas es más emocional que intelectual, dice; por ello, evita por completo aleccionar al público o dar explicaciones paso por paso. A pesar de que su primera carrera fue antropología, este tipo de cine documental es uno que no le gusta.
“Mi apuesta tiene que ver con un cine sensorial, tiene que ver con un cine que nos haga sentir ahí, con una cámara que nos haga sudar con la protagonista, que nos haga sentir ese calor de la Costa”, explica.
A Lizbeth, quien es una mujer trans elegida por las matronas de la comunidad, la conoció en 2007, cuando acudió al funeral de una persona muy querida para la documentalista.
Recuerda que ese ritual fúnebre le pareció “espectacular”; no en el sentido folclórico, sino en el cuidado y el tratamiento del mismo. Este proceso puede sentirse en El compromiso de las sombras, que se estrenó en marzo pasado en el Festival Internacional de Cine de la UNAM (FICUNAM), en donde recibió el Premio Puma de Plata.
Para producirlo, contó con diversos apoyos, como el Latin America Fund del ahora extinto Instituto Tribeca, cuya sede estaba en Nueva York, así como una beca de Fundación W.K. Kellogg y Ambulante, proyecto que terminó por ser coproductor de la cinta. También tuvo un apoyo del fondo de documentales de Sundance.
Acercarse a estos apoyos fue algo que logró con su tesis del CCC, Artemio (2017), también grabado en la Costa Chica de Guerrero, en el que toca el tema de la migración a partir de la perspectiva de un niño.
Con esa cinta ganó diversos premios, entre ellos el New Talent Award del Sheffield Doc Fest, el premio José Rovirosa a mejor documental estudiantil y el Festival de Cine Documental Mexicano Zanate.
De esta andanada de reconocimientos, reconoce que la más sorprendida fue ella misma.
La grabación de rituales fúnebres de cuerpo presente, uno tras otro, la fueron transformando: “Me empecé a cuestionar cómo grabar la tristeza, cómo grabar la intución o cómo grabar la sabiduría de una mujer increíble y tiene que ver con eso la puesta en cámara, el diseño sonoro, la correción de color, cómo grabar lo intangible”.
El documental estuvo listo en 2020, tras cinco años de trabajo, pero decidieron posponer su lanzamiento hasta 2021, por la pandemia de Covid-19; no obstante, comparte que la temática de la muerte ha complicado la exhibición en estos tiempos.
La mirada de Sandra Luz no sólo tiene que ver con los sentidos, sino también con las personas que colaboran en el desarrollo de la producción; por ello, de las 12 personas que participaron en el proceso, 10 de ellas fueron mujeres.
“Estoy muy feliz de colaborar con más mujeres, creo que también es por ahí, que es una postura política, que también necesitamos organizarnos, generar espacios seguros de trabajo. Creo que hay un movimiento de mujeres documentalistas en Latinoamérica que me reflejan cosas que yo también estoy pensando”, expresa.
Aunque comparte que su intención no es visibilizar la existencia de comunidades afromexicanas de México, reconoce que sí quiere despegarse de la mirada eurocentrista, repensar el tipo de cine que se hace.
Con su nueva película en exhibición, la cineasta oaxaqueña de 37 años comparte que se siente muy contenta con el resultado, esto tiene que ver con el hecho de que el cine que hace lo define como una construcción de afectos a lo largo de los años; las personas que aparecen en sus documentales son, a fin de cuentas, sus amistades.
“Siento que con Lizbeth yo puedo, de manera segura, ir a ese lugar de las sombras y regresar a la vida sin quedarme en algún punto. Y eso íntimo que yo estaba queriendo ver de otra manera es la muerte y creo que sí se logró”.
En una función abarrotada, en la que incluso hubo muchas personas que no alcanzaron a entrar por que el espacio estaba lleno, El compromiso de las sombras fue estrenado el 6 de noviembre pasado en el Centro Histórico de la ciudad de Oaxaca y con presencia de la directora, como parte de la programación de la gira de documentales Ambulante.