Esa forma de organización se ha mantenido a través del tiempo y es la base para el conocimiento musical en niñas, niños y jóvenes de este municipio oaxaqueño, un tema propio del Constructivismo, el cual el psicólogo soviético Lev Semiónovich Vygotsky, denominaría “comunidad práctica”, en la que todos aprenden de todos.
“Los muchachos aprenden a reconocer los sonidos a partir de ser espectadores cautivos en bodas, bautizos y funerales donde se ejecutan las músicas de viento. Al integrarse con los demás compañeros, forman una "comunidad práctica" donde cada uno comparte su conocimiento o experiencia”, indicó.
La experta en música antigua refirió que, en 2009, se unieron las bandas infantil-juvenil y Zuny, para originar el ensamble “Amigos de la música”, dirigido por Simón Sánchez Ángeles y José Ángeles Martínez; este último, tiene bajo su resguardo el repertorio del señor Blas Morales.
En esos años, señaló que los capellanes y ministriles educaban en el estudio del órgano; sin embargo, fue hasta inicios del XX cuando surgieron las primeras bandas de viento.
Hernández Méndez explico este y otros temas en su participación el seminario en línea “Antropología, historia, conservación y documentación de la música en México y el mundo 2023”, donde explicó que la tradición musical en el municipio de Tlacochahuaya, Oaxaca, inició en las capillas de música del siglo XIX.
El seminario se llevó a cabo el 4 de febrero, a través de la Secretaría de Cultura federal, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de su fonoteca.
El objetivo es difundir el mosaico de expresiones que integran nuestro rico patrimonio sonoro, señala el INAH al respecto.