Ayuda mutua: clave en el aprendizaje musical de las infancias de Tlacochahuaya, Oaxaca

Una investigadora de la UABJO habla sobre los mecanismos de aprendizaje de niñas, niños y jóvenes de este municipio de los Valles Centrales de Oaxaca

Ayuda mutua: clave en el aprendizaje musical de las infancias de Tlacochahuaya, Oaxaca. Foto: Especial
Más de Oaxaca 07/02/2023 10:35 Christian Jiménez Actualizada 10:35

Oaxaca de Juárez.- La investigadora Soledad Hernández Méndez, de la Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca (UABJO), señaló que es gracias a la ayuda mutua que niñas, niños y jóvenes de Tlacochahuaya adoptan un mecanismo de aprendizaje, que va de acuerdo con sus virtudes, y son capaces de interpretar solos de trompeta, trombón, percusiones y temas complicados.

Precisó que son los maestros quienes enseñan a las y los niños a cantar las partituras para que puedan memorizarlas, porque al momento de tocar en calendas, procesiones o cofradías, es imposible usar atril; además, brindan las bases para que los infantes escriban sus composiciones y hacerlos autodidactas.

La música en este municipio se sostiene con el apoyo de las familias, quienes se encargan de organizar festivales o rifas para adquirir los instrumentos de sus hijos; los muchachos, en tanto, editan sus fonogramas y graban videos, dijo.

"Las bandas de viento pioneras de la comunidad fueron impulsadas por personas como Romualdo Blas Morales, quien organizaba a los músicos para amenizar con sones y jarabes las fiestas religiosas: por la mañana eran campesinos y por la tarde se reunían a ensayar, fue así que surgieron los núcleos comunales enfocados en la preparación artística", relató.

Esa forma de organización se ha mantenido a través del tiempo y es la base para el conocimiento musical en niñas, niños y jóvenes de este municipio oaxaqueño, un tema propio del Constructivismo, el cual el psicólogo soviético Lev Semiónovich Vygotsky, denominaría “comunidad práctica”, en la que todos aprenden de todos.

La académica de la UABJO observó que esa teoría de aprendizaje era visible en la citada banda infantil-juvenil, por lo que realizó un trabajo de campo, de 2005 a 2007, y se percató que las y los niños llegan por convicción a la casa de música para aprender a tocar el instrumento de su agrado; comienzan a los seis años de edad con solfeo, después la práctica y, finalmente, la especialización.

“Los muchachos aprenden a reconocer los sonidos a partir de ser espectadores cautivos en bodas, bautizos y funerales donde se ejecutan las músicas de viento. Al integrarse con los demás compañeros, forman una "comunidad práctica" donde cada uno comparte su conocimiento o experiencia”, indicó.

La experta en música antigua refirió que, en 2009, se unieron las bandas infantil-juvenil y Zuny, para originar el ensamble “Amigos de la música”, dirigido por Simón Sánchez Ángeles y José Ángeles Martínez; este último, tiene bajo su resguardo el repertorio del señor Blas Morales.

En esos años, señaló que los capellanes y ministriles educaban en el estudio del órgano; sin embargo, fue hasta inicios del XX cuando surgieron las primeras bandas de viento. 

Hernández Méndez explico este y otros temas en su participación el seminario en línea “Antropología, historia, conservación y documentación de la música en México y el mundo 2023”, donde explicó que la tradición musical en el municipio de Tlacochahuaya, Oaxaca, inició en las capillas de música del siglo XIX.

El seminario se llevó a cabo el 4 de febrero, a través de la Secretaría de Cultura federal, del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) y de su fonoteca.

El objetivo es difundir el mosaico de expresiones que integran nuestro rico patrimonio sonoro, señala el INAH al respecto.

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