“Estoy muy contenta de festejar mi cumpleaños al lado de mi familia, de mis vecinos, de las autoridades”, dijo en una breve entrevista con EL UNIVERSAL, en la que compartió que de los nueve hijos que tuvo viven ocho, entre ellas cinco mujeres que le han regalado nietos, bisnietos y tataranietos. En medio de los sones istmeños, levantó la mano con una cerveza y brindó “¡salud!”.
“Trabajé mucho, ahora una de mis hijas, la más pequeña que es la que me cuida, aprendió los secretos de mi cocina y sigue con la tradición. Yo le agradezco que me tenga paciencia porque ya estoy viejita y las viejitas necesitamos paciencia”, comentó mientras recibía abrazos, felicitaciones, regalos y limosnas (un apoyo envuelto en una servilleta de papel), como parte de la tradición.
En la vida de doña Jacinta ha transcurrido la historia de 22 presidentes de México, desde el periodo de Venustiano Carranza hasta la actualidad; en ese escenario, ella hizo lo que le gustaba para captar ingresos y mantener a su familia: trabajar en la cocina y comercializar sus productos. A sus 102 años de edad, vivió a plenitud el festejo.