En alrededor de un año de operaciones, Calcetines de la Mixteca ha logrado llegar a otros estados como Puebla, Chihuahua y Nayarit; sus productos se han vendido con éxito en ferias y carnavales al interior del estado, como las celebradas en Putla Villa de Guerrero, Huajuapan de León, Villa de Etla y en la misma ciudad de Oaxaca.
Además, ahora también son invitadas de otras empresas para participar en sus show room e incluso para exhibirse y venderse en otras tiendas, principalmente dedicadas a las ventas de textiles y artesanías originarias de Oaxaca.
“Nosotros éramos alumnos que salimos a estudiar cada quien la carrera que quería ejercer. Salimos a otro estado, a Puebla, a estudiar; pero siempre teníamos la inquietud de poder regresar a Tlaxiaco y hacer algo por nuestra región”, recuerda.
El primer paso fue la importación de las máquinas tejedoras: “Fue un lío el hecho de encontrar quien nos capacitara... no hallamos a alguien que nos pudiera capacitar bien en el tema de la producción y fue como medio año perdido, entre hacer pruebas, errores, para poder llegar a la calidad que queríamos y darle esa identidad, ese sello tan característico de Oaxaca a nuestros calcetines”.
El primer punto de venta fue Tlaxiaco, en donde ofrecieron diseños de sus sones y jarabes, y del conejo mixteco. El éxito fue inmediato.
Después fueron los clientes quienes les propusieron otros diseños o preguntaban por otros relacionados con las tradiciones oaxaqueñas y de la región, como Los Diablos de Juxtlahuaca; así empezaron a aumentar sus diseños.
Cuentan con más de 50 diseños, los cuales están registrados ante el Instituto Nacional del Derecho de Autor (Indautor); no obstante, explican que han cuidado cada aspecto para no caer en un tema de propiedad o de plagio.
“Lo que nosotros queremos hacer es una representación de los diseños muy a nuestra manera, y que puedan servir para jalar precisamente a los jóvenes a que vayan consumiendo cosas regionales. Que si bien esto no es una artesanía, creemos que puede ser un camino o un pre para que los jóvenes empiecen a interesarse en su cultura, en sus raíces”, apunta Ramírez.
“Creo que el camino que tenemos es muy largo, apenas estamos empezando, pero la ambición o el proyecto lo tenemos muy claro. Tenemos la intención de adquirir otras dos máquinas, para poder ampliar la producción y creo que la demanda lo está justificando”, afirma Hassan Ramírez.