Con cianotipia, artista de Oaxaca crea fotografías hechas para la perpetuidad
Bajo esta técnica antigua, el artista Rodolfo López asegura que una pieza de las que él crea va a durar más de 100 años
Su obra destaca por la búsqueda de la perpetuidad, la experimentación y la relación del hombre con su entorno. Para ello, el artista Rodolfo López recurre a una técnica antigua, la cianotipia, para la impresión de su trabajo.
Se trata de un proceso fotográfico con hierro, inventado en 1843 por el astrónomo inglés John Herschel, y usada ampliamente por la botánica británica Anna Atkins.
“Me interesa la parte de lo experimental, incluso de dónde se coloca la cámara. A mí me interesa ver eso, los límites de la foto, no sólo como un retrato sino qué imágenes te puede aportar o puedes generar, no tanto como en el instante decisivo sino cómo crea más la imagen, es lo que me gusta hacer”, explica Rodolfo López.
Como artista, acepta que aunque ha reflexionado sobre los temas que aborda en su obra, le es difícil expresarlo con palabras. Simplemente, dice, se ha enfocado en experimentar y ver hasta dónde llega.
“Remito a qué quiero experimentar y ver hasta dónde llego. Algo normalmente de animales, lo que quería ver era cómo nos relacionamos con los animales en nuestro entorno.
Foto: Juan Carlos Zavala
“Soy de la Ciudad de México y la mayoría de las veces en que tengo contacto con animales es un plato o tirado en la calle y por eso empecé a retratar animales muertos, restos animales que encontraba en la calle. Justo eso, para ver cómo me relaciono con los animales en mi entorno”.
La técnica antigua de la cianotipia, dice, da la oportunidad de ofrecer la perpetuidad en sus imágenes fotográficas.
“Por ejemplo, ahorita un montón de banda hace un montón de fotos, muy padre, muy bonito, pero todo se va a Instagram. Eso no lo siento más que como fotografía sino como imagen y se queda en lo etéreo.
“Lo que me gusta de las técnicas antiguas es que si usas un buen papel, la pieza te va a durar más de 100 años. No sé quién la aprecie en 100 años, pero va a perpetuarse, va a durar. Igual y nadie va a saber ni cómo me llamo, pero va a decir ‘está bonita esa foto’”.
Rodolfo López muestra una de sus imágenes impresa en vidrio; recuerda que antes las impresiones se hacían en placas de este material o de metal y hay algunas que perduran desde hace 200 años. Además, las técnicas antiguas ofrecen otra textura a las imágenes y permiten la experimentación.
Foto: Juan Carlos Zavala
Sobre su proceso creativo, explica que el trabajo es una impresión que se basa en la oxidación de químicos. Para hacer la impresión ocupa papel de algodón o papel para acuarela, lo emulsiona con ferrocianuros: “Esto quiere decir que tienen componentes de metal, es decir se oxidan con el sol”.
Al aplicarlos en el papel de acuarela se vuelven fotosensibles, después aplica su negativo fotográfico, hojas o plantas y la exponen al sol; después la enjuaga en agua y así queda impresa su negativo fotográfico.
Siempre queda en un tono azul, por la reacción química de los componentes, pero menciona que se puede hacer una técnica llamada viraje donde cambia el color metiéndolo en distintos líquidos, como el café, tés o infusiones que contengan color: “Cualquier té, incluyendo hierba mate, le cambia el color a las impresiones”, dice.
Foto: Juan Carlos Zavala
“La técnica es muy antigua, es como de mil ochocientos y tantos. De hecho, el primer libro de fotografía de la historia es con esta técnica y lo hizo una botánica en Inglaterra”, agrega.
Este procedimiento lo aprendió en el Faro de Oriente, en la Ciudad de México, donde tomaba clases de fotografía: “Un maestro llegó y nos propuso hacer el taller de fotografía, fuimos y compramos los químicos y lo hicimos desde cero, los marcos, porque necesita marcos de impresión o unos vidrios para hacer la técnica; de ahí me gustó mucho, porque la fotografía para retratar la realidad está chido, pero no es lo único”.