Con Concierto Memorial, 50 músicos de Juchitán conmemoran en Oaxaca 6 años del terremoto

El evento iluminó con música, poesía y testimonios de sobrevivientes, que provocaron el florecimiento del dolor y el llanto al cumplirse un año más del sismo que dejó una cicatriz invaluable a esta ciudad zapoteca

Con Concierto Memorial, 50 músicos de Juchitán conmemoran en Oaxaca 6 años del terremoto.
Con Concierto Memorial, 50 músicos de Juchitán conmemoran en Oaxaca 6 años del terremoto. Fotos: Especiales
Más de Oaxaca 08/09/2023 19:21 Alberto López Actualizada 19:21

Juchitán.– La noche fue calurosa, parecida a la de hace seis años. Los presentes la recordaron con una sonrisa nerviosa y los ojos entrecerrados. No era para menos, se trató de un repaso fugaz de aquel instante sembrado de miedo, entre la oscuridad, la destrucción y la muerte. Y anoche, ahí estaban, bajo la frescura de una gran huanacaxtle, agradecidos y con ganas de vivir.

La cita fue en la explanada del Foro Ecológico Juchiteco que, en los días inmediatos posteriores al 7 de septiembre de 2017 fue bautizada como “la zona de los reclamos” por los funcionarios federales y estatales, en contrapartida con “la zona del confort”, donde despachaban otros cómodamente, en un área climatizada y bocadillos del día.

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El encuentro de la noche del sexto aniversario del terremoto más destructor vivido en los últimos 100 años en México, se llamó Concierto Memorial, organizado por el Foro Ecológico, que reunió a unos 50 músicos juchitecos de diferentes bandas que componen e interpretan música sacra y sones regionales del Istmo de Tehuantepec.

Fue un concierto que se iluminó con música, poesía y testimonios de sobrevivientes que provocaron el florecimiento del dolor, la tristeza y el llanto. Es momento de dar gracias, pidió el sacerdote José de Jesús Gutiérrez, quien refirió que sólo la fortaleza de las familias juchitecas permitió sobrevivir no sólo a la tragedia del terremoto, sino a la pandemia del Covid-19.

En ese tenor, bajo la tristeza envolvente que causa la muerte y la alegría por las ganas de vivir, se escuchó "La última palabra" que, en su versión en zapoteco, Guenda Nabáani se le debe al juchiteco Juan Stubi: La vida es muy hermosa /y no hay nada que se le compare /Dios nos mandó a la tierra /y él mismo nos llamará a su lado.

Napu qué gapu zielu/cadi ti napu ziaanu/nahuini naro de (gu)irá zabii/ne cadi ixí huidxe guuyu laa ma zedabi/Tengas/ o no tengas, te vas a ir/y no porque tengas te vas a quedar/niños, adultos, todos irán a casa/ y no mañana o pasado los verás regresar. Es la última palabra, la que guía la vida de los juchitecos desde que nacen y mueren.

Hay aplausos, las mejillas se humedecen, por el calor y el sudor, justifican unos, los recuerdos saltan de instantes entre sí, pero no hay lugar para la derrota, no hay sitio para rendirse y tampoco para que el doloroso pasado se imponga y perdure, es noche de fiesta para recordar a los que se fueron y vivir la vida como les hubiese gustado vivirla a plenitud.

Para abrazar la fuerza de la vida, ahí está la poetisa Irma Pineda Santiago, con su generosa creatividad diciendo “No me verás morir: Aunque creas que todos se han marchado /No me verás morir /Habrá una semilla /escondida entre los matorrales del camino /que a esta tierra ha de volver /y sembrará el futuro /y será alimento de nuestras almas /y renacerá nuestra palabra

La noche es para vivirla a plenitud entre la nostalgia y las ganas de vivir y agradecer, como dijeron en sus testimonios doña Griselda Martínez, una de las 40 fonderas juchitecas que perdieron su espacio de venta al desplomarse el ala sur del palacio y don Margarito Aquino, que desde la octava sección Cheguigo, está siempre dispuesto con su solidaridad.

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