Con taller único en su tipo, impulsan en Oaxaca arte de imprimir y amor por la fotografía

En espacio creado por Toledo, Gabriel Figueroa y Javier Hinojosa encabezan el taller-diplomado gratuito dirigido a nuevas generaciones. “No nada más lo técnico vale, también la reflexión”, dicen

Con taller único en su tipo, impulsan en Oaxaca arte de imprimir y amor por la fotografía
Con taller único en su tipo, impulsan en Oaxaca arte de imprimir y amor por la fotografía. Foto: Edwin Hernández
Más de Oaxaca 16/06/2022 14:35 Christian Jiménez Actualizada 14:35

San Agustín Etla.— Desde 2013, los fotógrafos Javier Hinojosa, Gabriel Figueroa y Lorena Alcaraz  acompañan desde Oaxaca la formación de otros profesionales de la cámara en la entidad y en el país, en un taller-diplomado convocado por el Centro de las Artes de San Agustín (CaSa), impulsado por el artista Francisco Toledo, que además es único en su tipo porque es gratuito.

En entrevista con EL UNIVERSAL, Gabriel Figueroa acota que el objetivo inicial era tener un diplomado de impresión digital fina, que se convirtiera en una especialidad: “Queríamos que tuviera varias ramas, desde la fotografía análoga, procesos de revelado en el cuarto oscuro, en negativos, para ir pasando a las impresiones digitales”.

Al respecto, Javier Hinojosa apunta que el diplomado inició de la mano de la Universidad Autónoma del Estado de Morelos (UAEM), pero con el paso de los años se convirtió en un taller de impresiones digitales albergado en el CaSa. 

“Ante la necesidad de empezar a formar gente que estuviera interesada no nada más en hacer arte de la fotografía, sino hacer oficio de impresor, comenzamos a capacitar personas con la teoría y la experiencia que nosotros hemos adquirido al enfrentarnos a distintos materiales”, explica.

Experiencia completa 

 

En el taller se pretende brindar una experiencia completa, que permita conocer las maneras y materiales en que se puede presentar una fotografía impresa. En la última edición, de tres módulos, uno en noviembre, otro en febrero y el último en marzo, se formó como impresores a 11 personas originarias de Oaxaca y otros estados.

“En este taller estamos incluyendo el conocimiento de lo analógico, para introducirlo en la experiencia, y también hay un contenido humanista, que tiene que ver con la cultura, con el arte, con intenciones de comunicar y regresar el conocimiento a las comunidades. Es un programa integral único en su tipo, en donde no nada más lo técnico vale, sino también la reflexión en torno a la imagen”, señala Javier Hinojosa.

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De su lado, Gabriel destaca la oportunidad que el CaSa brinda a las personas interesadas en los distintos tipos de arte, otorgando formación gratuita. En este caso, una de las sedes es Córdoba Lab, en Jalatlaco.

Toledo, un gran impulsor

 

Al respecto, ambos resaltan la labor del también filántropo Francisco Toledo en la creación de espacios para acercar el arte y la cultura, tanto a las y los oaxaqueños, como a quienes visitan dichos recintos. 

“Ha sido el impulsor y fue quien tuvo la preocupación de generar este tipo de actividades. Además, dejó un legado fotográfico de gran importancia en el mundo. Es evidente su compromiso con Oaxaca”, coinciden.

Éste es el primer taller sobre impresión que ofrecen tras la pandemia por el virus SARS-Cov-2, ya que el taller impulsado por el CaSa se pausó  durante tres años, dos de ellos por la emergencia sanitaria

“La pandemia nos ha permitido reflexionar como generadores de imágenes. Nos hemos vuelto más observadores y hemos regresado también a revisar nuestros archivos. 

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“Los fotógrafos hemos capturado nuestra cotidianidad en casa, volviendo el ejercicio fotográfico más íntimo, desde otras miradas”, dice Figueroa.

“Es un ambiente muy gozoso poder volver a las actividades presenciales, para poder convivir con la gente y nutrir el proceso de aprendizaje, tanto para maestros como para alumnos”, añade Hinojosa.

45 años de carrera

 

Javier Hinojosa tiene más de 45 años como fotógrafo profesional, de los cuales la mayoría los ha dedicado al oficio de impresor, combinando los procesos análogo y digital. 

“El parteaguas de la fotografía vino con el advenimiento de la fotografía digital, que condensa más de 140 años de historia y lo hace en software, que te permite editar y almacenar”, señala Hinojosa.

Para el fotógrafo, la ola digital permitió que la fotografía se popularizara, haciéndola accesible para todos a través de dispositivos capaces de capturar imágenes; sin embargo, la fotografía análoga se queda como una experiencia ligada al arte.

Un gran ejemplo a seguir

 

Figueroa, quien desciende de una familia de artistas y lleva el mismo nombre de su padre, el gran cinefotógrafo Gabriel Figueroa, cuyo trabajo quedó inmortalizado en las películas de la Época de Oro del cine mexicano, recuerda sus inicios desde los 12 años, aprendiendo de su padre y de fotógrafos como Manuel Álvarez Bravo.

Su afinidad por los procesos fotográficos impulsó su formación como profesional de la cámara y también como impresor, de la mano de personajes destacados como Ansel Adams, estadounidense reconocido por su trabajo con imágenes de la naturaleza y por su labor como activista ambientalista.

De acuerdo con Gabriel Figueroa, la digitalización de la fotografía ha permitido romper con los tamaños, con el canon estético, clásico y ver la fotografía de muchas maneras. 

“Todo mundo puede tomar fotos desde un celular, pero no todos son fotógrafos. Ser fotógrafo requiere un compromiso”, opina en contraste.

La convocatoria para el taller se lanza año con año y quienes participan son elegidos a través de la presentación de un portafolio y una carta de motivos; también depende del cupo disponible en el Centro de las Artes de San Agustín.

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