Oaxaca de Juárez.- De los 70 pueblos alfareros registrados en Oaxaca por la asociación Innovando la tradición, entre 30 y 40 están en la última generación de productores de barro, pues las siguientes generaciones no están interesadas en continuar la tradición.
“Quedan una señora, tres, cuatro, cinco señoras que son las últimas y que nadie les está siguiendo, ya ni los nietos los quieren, ni los hijos los quieren”, señala Diego Mier y Terán, uno de los curadores de la exposición “De la tierra somos. Tradición y exploraciones en barro”, que se presenta en el Centro de las Artes San Agustín (CaSa).
Mier y Terán afirma que el abandono de este oficio es un fenómeno que se presenta desde los años 50, con la masificación del plástico que ha continuado hasta el presente; también influyó la apertura del comercio en México con el TLC, en los noventa.
“Invaden todos los productos baratos hechos fuera, el plástico, el aluminio”, explica el curador de la muestra.
Para Kythzia Barrera, la exposición en el centro ubicado en San Agustín Etla es para recordarle a la gente “que somos barro, que comemos de barro, que hacemos barro aquí y que tenemos que apoyar a esa cultura y a ese oficio”.
Al mostrar una diversidad tan grande de objetos y formas en que se trabaja el barro, se busca también difundir que se puede apoyar a las alfareras y los alfareros a través del consumo de sus productos, comprando sin regatear.
“La forma en que hacemos eso es presentar el barro no como un objeto de colección, no para ponerlo en una vitrina o que sean piezas carísimas que solo los banqueros pueden comprar”, apuntó Barrera, también curadora de la exposición.
La muestra también abarca el trabajo de alfarería de comunidades que no están necesariamente en Oaxaca sino en los límites con Guerrero y Puebla, pues para Barrera y Mier y Terán, se trata de una región cultural que no respeta los límites de la división política.
“Aunque los políticos van, agarran y trazan su rayita de dónde van a administrar, la cultura se pasa. Es la misma gente. El otro lado de la montaña es Puebla y el otro lado es Oaxaca, pero es la misma cultura, la misma gente”, sentencia Mier y Terán.
La primera parte de la exposición, Barro y Fuego, reúne piezas tradicionales, funcionales y aún en producción, provenientes de 40 pueblos alfareros en Oaxaca y sus alrededores mostradas como ejemplo de equilibrio social y ambiental.
La segunda sección, Comala, muestra los resultados, las prácticas experimentales, las metodologías y la pedagogía de la Comunidad Alfarera de Aprendizaje, un espacio de intercambio de saberes que Innovando la Tradición ha coordinado durante los últimos cinco años.