Oaxaca no sólo es tierra de historia, arte y gastronomía, también es hogar de algunos de los árboles más antiguos y majestuosos de México: los ahuehuetes, conocidos también como sabinos.

Estos gigantes de raíces profundas y copas amplias son parte esencial del patrimonio biológico y cultural del país. Representan destinos vivos que invitan al respeto por la naturaleza, la historia y la espiritualidad de los pueblos originarios.

Foto: Gobierno de México
Foto: Gobierno de México

¿Qué es un ahuehuete y por qué es especial?

El ahuehuete, del náhuatl āhuēhuētl, que significa “viejo del agua”, cuyo nombre científico es Taxodium mucronatum, es el árbol nacional de México. Crece en ambientes húmedos como márgenes de ríos, lagunas y manantiales, formando bosques de galería de gran belleza escénica. Son árboles que pueden vivir más de dos mil años, resistiendo inundaciones, sequías, incendios y plagas gracias a su impresionante estructura y sistema radical.

Oaxaca: santuario de árboles notables

Oaxaca ha reconocido oficialmente 41 árboles notables. Es decir, estos son ejemplares únicos por su edad, tamaño, historia o valor ecológico y son protegidos como patrimonio natural y cultural. Cuatro de estos ejemplares destacan por su longevidad, dimensiones y simbología ancestral, convirtiéndose en destinos ideales para el turismo de naturaleza y conciencia ambiental.

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Árbol del Tule. Foto: Oaxaca Travel
Árbol del Tule. Foto: Oaxaca Travel

El Árbol del Tule: el más grande del mundo

Ubicado en , Valles Centrales, este coloso es el árbol vivo con el diámetro de tronco más grande del planeta. Una leyenda local dice que brotó del bastón del Rey Condoy.

Su tronco es famoso por las figuras naturales que emergen de su corteza, como la cabeza de un león o un elefante. Declarado el primer árbol notable de Oaxaca, es un símbolo viviente que atrae miles de visitantes cada año.

Cuenta con una edad estimada de 2 mil años, posee 41 metros de altura y un tronco de 14 metros de diámetro. Además, posee una copa de 32 metros.

Foto: Fundación Alfredo Harp Helú
Foto: Fundación Alfredo Harp Helú

El “ahuelito” de los oaxaqueños

Ubicado la , actual , este ahuehuete es el ser vivo más viejo de la ciudad. Llamado cariñosamente "el ahuelito", de los oaxaqueños es el centro de actividades educativas y de conservación ambiental. La leyenda cuenta que fue plantado por órdenes del emperador Moctezuma, haciendo de este árbol un puente entre el pasado prehispánico y el presente.

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Este árbol, cuya edad aproximada son mil 500 años, cuenta con una altura de 29 metros, un diámetro de 4.62 metros y una copa de 19.5 metros. Lo que lo hace impresionante a la vista de los visitantes del museo.

Foto: Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable
Foto: Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable

Sabino de San Miguel del Río: el rey de la copa

Este sabino legendario vive junto a un manantial y está rodeado de historias sobre el “Dueño del Manantial”, un ser misterioso que vela por el agua. Es un árbol sagrado que protege el ecosistema local y la memoria de los pueblos serranos.

Ubicado en , Sierra Norte de Oaxaca, se calcula que este árbol tiene más de mil años, cuenta con una altura de 36.8 metros, posee un diámetro de 5.68 metros y su copa alcanza 42 metros. Admirarlo es un espectáculo sobrecogedor.

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Foto: Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable
Foto: Secretaría del Medio Ambiente, Energías y Desarrollo Sustentable

Ahuehuete de San Juan Teitipac: el guardián agrícola

Segundo en diámetro de tronco, después del Tule, este ahuehuete es testigo del establecimiento del pueblo de . A pesar de vivir en un entorno modificado por la agricultura, sigue de pie, siendo símbolo de resiliencia y conexión con la tierra.

Se calcula que tiene aproximadamente mil años de edad y una altura promedio de 38 metros. Además, posee una copa de 36 metros y un diámetro de 7.6 metros. No dejes pasar la oportunidad de visitarlo.

Foto: Gobierno de México
Foto: Gobierno de México

¿Por qué visitar estos árboles?

Además de su impresionante tamaño y longevidad, los ahuehuetes oaxaqueños son hábitat de fauna silvestre y otras plantas epífitas. Es decir, de especies que crecen sobre los árboles. Cabe señalar que son filtros naturales de contaminantes y estabilizadores de los ríos.

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Otros aspectos destacados incluyen la posibilidad de proveer sombra, humedad y oxígeno a sus entornos. Y, finalmente, son motivo de historias, mitos y saberes ancestrales.

Visitar estos árboles notables es más que una excursión: es una experiencia espiritual y educativa. Estos monumentos naturales nos enseñan sobre la interconexión entre los seres vivos, la importancia del agua y el valor de conservar lo que ha tardado siglos en formarse.

Oaxaca te espera bajo la sombra de sus ahuehuetes

Desde Santa María del Tule hasta la Sierra Norte, los ahuehuetes de Oaxaca son joyas vivas del ecoturismo. Su conservación es responsabilidad de todos, y su visita, un privilegio. Si viajas a Oaxaca, hazlo con respeto, aprende de sus árboles y contribuye a su protección. Cada rama y raíz te conecta con la historia profunda de la tierra mexicana.

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