Mitla, ubicada en los Valles Centrales de Oaxaca, ha sido durante siglos mucho más que un sitio arqueológico: es un portal simbólico entre el mundo de los vivos y el de los muertos. Conocida como Lyobaa en zapoteco —“lugar de descanso”— y derivada del náhuatl Mictlán —“lugar de muertos”—, esta antigua ciudad resguarda un complejo sistema funerario que revela las profundas creencias zapotecas sobre la muerte, el poder y la trascendencia.
Hoy, las catacumbas de Mitla comienzan a revelar sus secretos gracias a la arqueología moderna y a las tecnologías de exploración no invasiva.

¿Qué papel jugaron las catacumbas en la cultura zapoteca?
Para los zapotecos, los rituales mortuorios no sólo eran despedidas simbólicas: constituían una herramienta política, social y religiosa. Las tumbas formaban parte esencial en la construcción de la memoria colectiva y la legitimación de la jerarquía.
La muerte no marcaba el final, sino el tránsito hacia otra dimensión —un plano sagrado donde los ancestros conservaban su influencia—. Mitla era, en ese sentido, tanto un cementerio como un santuario de poder ancestral.

¿Cómo estaban construidas las tumbas de Mitla?
Los contextos funerarios en Mitla son tan variados como complejos. Las investigaciones arqueológicas permiten distinguir dos grandes categorías:
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Tumbas asociadas a edificios cívico-ceremoniales
Estas son estructuras monumentales, como las tumbas cruciformes de piedra tallada ubicadas en los patios de los Grupos del Sur y de las Columnas. Con entradas orientadas al sur o al poniente, decoradas con mosaicos y grecas geométricas, probablemente albergaban a la élite política y religiosa. La riqueza de los objetos hallados —como conchas, piedras verdes y cerámicas finas— confirma su carácter de sepulcros de alto estatus.
Otra tipología es la tumba con techo angular en forma de “V” invertida, cuya arquitectura parece evocar estilos anteriores de Monte Albán. Esta coexistencia de estilos sugiere una transición de poder entre linajes zapotecos, quizás en paralelo con el colapso de Monte Albán como capital regional.
Tumbas en unidades residenciales
Menores en tamaño pero no en complejidad, estas tumbas se hallan en los barrios habitacionales de Mitla. Algunas están decoradas con paneles de piedra y grecas, mientras que otras fueron construidas con piedra burda y sin adornos. Su ubicación y contenido apuntan a que pertenecían a familias nobles de rango intermedio, o bien a artesanos especializados —como los dedicados al tejido—.
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Una tumba destacada es la de Yaadzie, que contenía restos de 32 personas, muchas de ellas con signos de sífilis venérea. La arquitectura funeraria, aún sin objetos de prestigio, revela el valor simbólico que estos espacios mantenían dentro del tejido social zapoteco.

¿Qué hay debajo de la iglesia de San Pablo?
Construida en el siglo XVI sobre los cimientos un antiguo palacio zapoteca, la iglesia de San Pablo parece ocultar una parte crucial del inframundo zapoteca. Crónicas coloniales, especialmente la del fraile Francisco de Burgoa, describen un laberinto de cámaras y túneles funerarios debajo del altar, conocido como la entrada a Lyobaa.
En años recientes, arqueólogos y geofísicos del INAH, con tecnología de punta como radar de penetración terrestre y tomografía sísmica, confirmaron la existencia de cavidades, túneles y grandes vacíos bajo el templo. Se identificaron dos corredores orientados de este a oeste y un vacío importante bajo la sacristía. Sin embargo, la entrada física permanece sellada desde mediados del siglo XX.
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¿Mito o realidad... es posible que exista un inframundo oculto?
Aunque las descripciones del padre Burgoa pueden parecer fantásticas —una caverna de 125 kilómetros, rituales de sacrificio y un oráculo subterráneo—, la cosmovisión zapoteca da sustento espiritual a tales creencias.
Las cuevas, en su visión del mundo, no eran simples formaciones geológicas, sino entidades vivas que conectaban con el plano sobrenatural. Las cámaras funerarias eran vistas como puertas entre dimensiones y los sacerdotes zapotecos como mediadores entre lo humano y lo divino.

¿Cuál es el futuro de las catacumbas de Mitla?
El proyecto de exploración encabezado por especialistas del INAH y organizaciones sin fines de lucro, como ARX, busca continuar el estudio del subsuelo de la zona sin perturbar su superficie. Sin embargo, las restricciones legales y religiosas, especialmente por parte de la autoridad eclesiástica, han dificultado el acceso directo a ciertas zonas clave.
La investigación, sin embargo, continúa. Las nuevas tecnologías permiten obtener imágenes del subsuelo que podrían, en el futuro, conducir a descubrimientos más profundos sobre la red funeraria subterránea de Mitla y su rol en la espiritualidad mesoamericana.
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Mitla: un portal entre dos mundos
Los secretos de las catacumbas de Mitla no sólo pertenecen al pasado: siguen activando la imaginación, el misterio y el diálogo entre historia y leyenda. Las tumbas, pasadizos y cámaras ocultas bajo sus plazas y templos constituyen mucho más que un cementerio: son testimonio de una civilización que entendía la muerte como una continuidad sagrada. Mitla sigue siendo un umbral hacia lo eterno.