El hallazgo de oro y jade de Monte Albán en 1932, que fue transportado en un maletín
El hallazgo de la Tumba 7 en Monte Albán marcó la historia de la arqueología mexicana. La noticia del descubrimiento de las joyas de casiques mixtecos recorrió el mundo, al grado de que el arqueólogo Alfonso Caso y su equipo les preocuparon "las manos largas". La expedición le costó 13 mil pesos al gobierno en aquel entonces
“El hallazgo más importante en América”, así fue considerado el descubrimiento de más de 300 objetos mixtecos por el arqueólogo mexicano Alfonso Caso -acompañado por su esposa María Lombardo y la arqueóloga Eulalia Guzmán como su asistente- en Monte Albán, el 6 de enero de 1932. Mayormente conocida como la Tumba 7.
Fue una excavación en la Plataforma Norte de la Plaza Principal de Monte Albán, lo que llevó al arqueólogo a descubrir seis tumbas- zapotecas- de caciques mixtecos, enterrados a finales del siglo XV, en donde se encontraron coronas y joyas de oro, perlas, vasos, copas de alabastro y cristal de roca, collares de obsidiana y jade, entre otros objetos preciosos.
En la exploración también se halló un cráneo cubierto con un mosaico de turquesas, dos discos de concha en las cuencas de los ojos y un pedernal incrustado en la nariz. Además de huesos labrados con jeroglíficos mixtecas que indicaban los días de la semana.
Este suceso marcó la historia de la arqueología mexicana y sirvió para conocer más de la cultura zapoteca y mixteca. Además, provocó que dos años después se creara la “Ley sobre Protección y Conservación de Monumentos Arqueológicos e Históricos, Poblaciones Típicas y Lugares de Belleza Natural de 1934” y siete años después, en 1939, el Instituto Nacional de Arqueología e Historia (INAH).
En la actualidad, la colección de estas piezas se encuentra en el Museo de las Culturas de Oaxaca.
Las joyas mixtecas valen millones
19 de enero de 1932
Sucinta descripción de las maravillas que fueron desenterradas
Lo que dice un testigo presencial: “Vi las perlas, perfectas, de maravilloso oriente, los pectorales de oro, los vasos de cristal de roca y de jade…”
Se considera incuestionable que la tumba recién descubierta, es la más importante de que se tenga noticia en América: Sensación en E. Unidos
Por Jacobo Dalevuelta
“La emoción de respeto y de una admiración inconmensurable, que sentí cuando el señor licenciado Alfonso Caso mostró al señor Gobernador del Estado, en sus oficinas, la maravillosa colección de objetos encontrados en la tumba de los seis Caciques Mixtecos fue tan profunda que, estoy seguro, nunca antes de entonces sentí la honda veneración por los antepasados”.
“El licenciado Caso llevaba el tesoro arrancado a Monte Albán dentro de una modesta petaquilla. Los objetos estaban cuidadosamente envueltos en papel china, pues este afortunado explorador había hecho ya la primera clasificación de ellos”.
“Y vi las perlas perfectas, perlas que gallardamente superarían a las del Oriente legendario, las vi caer sobre la mesa de trabajo del señor Gobernador. Y junto con aquellas, las cuentas de oro reluciente que parecían como si hubiesen sido talladas momentos antes; y vi los pectorales de oro y la pluma que signaba la corona del remoto cacique cuyo sueño interrumpió la piqueta demoledora y el deseo insaciable de saber del señor Caso. Y vi los vasos de cristal de roca y de alabastro y los collares de jade y el cráneo que tiene como bóveda un mosaico de turquesas rutilantes...”
Y hubiera seguido echando su emoción en superlativos esa persona que es la primera a quien he oído decir: “Yo lo vi”. Pero con un poco de crueldad le interrumpí bruscamente, preguntándole:
—¿En cuánto calcula usted el valor de las joyas encontradas por el licenciado Caso? Por brevísimos instantes se desconcertó porque estaba muy lejos de escuchar una pregunta semejante, encaminada hacia una materialidad despreciable.
“Para responder a su pregunta que sólo hubiera esperado de un corresponsal norteamericano, le diré: Yo estimo que cualquier museo ‘del otro lado’ no desdeñaría extender un cheque por un millón de dólares a cambio de las joyas. Y tal vez un poco más. El peso del oro de las maravillosas piezas halladas pasa de seis kilos”.
Realizó nuestro entrevistado un esfuerzo superior para contener la exteriorización emotiva que aún conservaba, después de largas horas de haber visto y tocado el tesoro. ¡Lo que pueden hacer diez mil pesos, la cooperación privada y la honestidad en su manejo!
La tumba de un viejo monarca
Y fuimos enseguida al terreno de una investigación un poco más selecta. Nuestro entrevistado conferenció largamente con el licenciado Caso y así pudimos saber por los labios de aquél algo más concreto que amplía el oportuno servicio de nuestro corresponsal en Oaxaca.
“La tumba descubierta es de origen zapoteca, sin discusión. Debe haber guardado las cenizas de algún remoto Zaachila—cacique también—hasta que la mano mixteca la rompió para enterrar con propósito de hacerlo por una eternidad, las cenizas de los grandes capitanes que durmieron tranquilos hasta nuestros días”.
“La decoración interior de la tumba corresponde claramente a la civilización zapoteca; pero las joyas son mixtecas y comprueban el extraordinario adelanto en que vivían esos indios a la llegada de los Conquistadores. Según la opinión del señor Caso—agregó nuestro entrevistado—el entierro de los Caciques debe haber sido muy a fines del siglo XV o a principios del siglo XVI”.
—¿Sabe usted o conoce qué emoción experimentó el arqueólogo cuando tuvo ante sus ojos la maravilla del encuentro? —El licenciado Caso no ha ocultado su alegría ni un sólo momento. Pero vivió desde el día en que descubrió la tumba en una constante incertidumbre porque no se le ocultaba el peligro de alguna posible inquietud de personas ajenas. Por eso guardó el secreto que vino a romper la pregunta de EL UNIVERSAL a sus representantes en Oaxaca. Por fortuna, ahora ya la cosa cambió, porque la zona está perfectamente vigilada. No hay peligro de que los gambusinos alarguen las manos.
La maravilla de la orfebrería
“Considero muy difícil que la orfebrería moderna, a pesar de los recursos con que cuenta, supere en perfección o iguale siquiera, en belleza y en seguridad, al adelanto artístico de los indios mixtos que labraron con sus manos el oro, el jade, el cristal de roca, etc., etc., de que son los objetos encontrados en la “Colección Caso”, descubierta en Monte Albán.
“Los anillos de oro, de plata y de cobre están labrados en forma tal, que estoy seguro que antes de un año la orfebrería extranjera habrá lanzado al mercado la reproducción de estas joyas, introduciendo una nueva moda mixteca como se hizo cuando los descubrimientos de la zona de Luxor. El pectoral de oro macizo que pesa más de medio kilogramo, tiene grabada una cabeza humana coronada; un dibujo en filigrana de oro, decorada la parte superior de la placa y las fechas de su época cubren la parte baja de la misma placa, primorosamente acabados. Si no fuera porque la verdad de la cuestión es indiscutible, se llegaría a pensar que ese oro—por su brillantez y su pureza—había salido de las manos de un orfebre moderno. Lo mismo diré—agregó—de la corona del Cacique que cierra una pluma de ave hecha también en oro”.
“Se ha creído exagerado que existen en el hallazgo perlas del tamaño de un huevo de paloma. Yo las tuve en mi mano. Son perfectas: están perforadas porque formaban parte de algún collar y son de un oriente bellísimo. Y los collares de oro eslabonados en hilo del mismo metal purísimo y las cuentas de oro rutilantes”.
En seguida nos habló de los objetos de cristal de roca, “El vaso—dice—fue tallado con tal exquisitez, que tiene en parte el grueso de una hoja de papel. Maravilla observar su conservación. Sigue la colección de jades compuesta de collares de cuentas y de penates de un verde brillante”.
El mosaico de turquesas en un cráneo
Después habló del cráneo humano: “Es perfecto y de dimensiones normales. Desde arriba del frontal hacia la bóveda craneana, está la incrustación de turquesas de todos tamaños y de todos los tonos. Es como un petatillo de gemas que hubieran puesto para cubrir el hueco. Y como un adorno singular tiene además del bello mosaico de la parte superior del cráneo otras turquesas incrustadas, abajo de los pómulos derecho e izquierdo. Hacia el agujero de la nariz está incrustado el puñal de obsidiana. ¿Qué explicación podría tener, este raro puñal? Seguramente que debe haber sido ese cráneo de alguien que por su vida mereció el honor de un mosaico de turquesas y de un puñal, introducido hasta la prisión del cerebro. Este objeto inspira respeto, admiración y encanto”.
Los huesos labrados
“Los huesos labrados indican fechas; hay uno que tiene los días de la semana, en jeroglíficos mixtecas”. El licenciado Caso ha podido leer ya—descifrar—estos signos, porque corresponden al sistema de escritura nahoa, pues la influencia de los imperialistas mexicanos fue muy marcada durante diversas épocas, en el desarrollo de la cultura mixteca. Caso dijo, que si los signos fueran zapotecas, posiblemente no hubiera podido descifrarlos.
“Estos objetos de huesos humanos tallados, son viejos trofeos de guerra conquistados, probablemente, por los caciques que fueron enterrados en la tumba zapoteca”. Todo se aclarará a su tiempo. “Incuestionablemente que la tumba recién descubierta, es la más importante de que se tengan noticias en América”.
Todo el mundo pregunta
Tanto el licenciado Caso como el Gobernador del Estado, han recibido telegramas de más de trescientos periódicos de Estados Unidos y de las agencias vendedoras de noticias de Nueva York, pidiendo informaciones in extenso acerca del descubrimiento del que ya se tienen noticias por la información de EL UNIVERSAL, acerca de este asunto. Algunos telegramas anunciaron la salida, de corresponsales especiales rumbo a Monte Albán. También las universidades norteamericanas han preguntado con el propósito de enviar a sus profesores a la zona.
El pueblo está absorto
Cuando por las informaciones de EL UNIVERSAL, se supo en Oaxaca, la nueva del maravilloso descubrimiento, y digo maravilloso, porque lo es, se extendió en todos los ámbitos de la ciudad. Ya el pueblo oaxaqueño se siente dueño del tesoro y capaz de cuidarlo, como ha sabido cuidar joyas no tan valiosas pero sí tan queridas, como las descubiertas por el señor licenciado Caso. Todos esperan echar sus ojos sobre esos anillos, esos pectorales, esos jades y alabastros. ¡Ah! Nos olvidábamos de un anillo de oro de más de tres centímetros de alto, que tiene un colgajo en forma de águila. Y de la nariguera de oro que termina con un cascabel, que reproduce a maravilla un águila. Y cuando se agita la nariguera, suena divinamente el águila de alas extendidas que remata la joya.
El movimiento en favor de que Oaxaca conserve esas reliquias, crece; por más que todos saben que las joyas fueron halladas en una zona federal y por una exploración hecha por empleados federales.
—Cuando—concluyó nuestro entrevistado—pregunté al señor Caso su impresión, me contestó con una intensa naturalidad: “Esta satisfacción debe ser para la patria”. Sólo se espera en Oaxaca la llegada del gobernador López Cortés, quien ahora está en esta capital, para abrir la exposición que hará el Banco de México de la “Colección Caso”, como ya se le llama en homenaje a su descubridor.
Cómo se encontraron en la tumba de los seis caciques mixtecos las maravillosas joyas
20 de enero de 1932
Los esqueletos aparecían sentados con aire de gran dignidad, en unos pedestales
El que en vida ejerció mayor autoridad sujetaba en una mano un riquísimo abanico de plumas, del que sólo pudo conservarse el mango, hecho de una varilla de jade
En la entrada de la tumba había rotas algunas vasijas zapotecas, posiblemente con la idea de despistar a los que encontraran indicios para penetrar en ella
Por Jorge Fernando Iturribarría
OAXACA, Oax., 17 de enero de 1932.—El Lic. Caso, que todavía se muestra, con razón, embargado por la sorpresa de haber descubierto una tumba de riqueza faraónica, tiene convertido su despacho en un verdadero laboratorio de arqueología e investigación, en donde Caso, su esposa, Martín Bazán, Eulalia Guzmán y Valenzuela trabajan activamente en torno de una mesa en donde brilla algo así como el tesoro del Conde de Montecristo: coronas de oro, perlas de tamaño exorbitante, vasos de alabastro, joyas de oro con tallado de filigrana inimitable, turquesas, copas de cristal de roca, collares de cascabeles de oro, de jade, de obsidiana, de liquidámbar, de ónix... ¡las “Mil y una Noches”'!... ¡Todo el tesoro de seis caciques, grandes señores de la tierra de Mixtecatl, cuyo héroe máximo, en la fantástica teogonía, flechó al Sol con su arco en los minutos crepusculares, y lo venció.
El Lic. Caso, con su atención característica, sin detener la labor, me estuvo refiriendo algunos detalles interesantísimos del gran descubrimiento: desde que fue descubierta la primera tumba cruciforme, varias circunstancias lo hicieron suponer que se encontraba en el centro de un panteón.
Como estaban los seis caciques
Sin corresponder a una situación o distribución armónica, dice el licenciado Caso que se encontraban los cadáveres de los caciques. Tres de ellos a la entrada de la tumba, en la parte vecina a la antecámara, y los otros tres repartidos en todo el espacio. Todos estaban sentados con aire de dignidad, encima de unos pequeños asientos o pedestales de piedra. Uno de ellos, posiblemente el más rico o el que en vida ejerció mayor autoridad, sujetaba con la diestra el cabo de un riquísimo abanico de plumas, del que sólo pudo conservarse el mango, hecho de una varilla de primoroso jade. En la entrada de la tumba había, dice el Lic. Caso, rotas, adrede, unas vasijas zapotecas, posiblemente con el fin de borrar cualquier indicio con respecto a la existencia de los restos, pues ya se sabe que los caciques eran mixtecas y fueron enterrados sigilosamente en una vieja tumba zapoteca. Estas precauciones y esta premura se explican aceptando la hipótesis de que los mixtecas, ocupantes fortuitos de Monte Albán, hubieran sido sorprendidos y derrotados por los zapotecas, sus enemigos; y que habiendo sido tan intempestiva la lucha y tan descomunal, hubieran resultado muertos los caciques o señores mixtecas. Suponiendo que las cosas hubieran sucedido así, es muy lógico pensar que no pudiendo los mixtecas llevarse los despojos de sus señores y abrigando la esperanza de recuperar aquella posición, hubieran dejado provisionalmente sus restos, con las precauciones indicadas, para evitar que fueran violados y despojados de sus joyas.
Quiere Oaxaca que el tesoro no salga de allí
22 de enero de 1932
Más de 300 Ejemplares
Toda la ciudad desfiló ante las maravillas encontradas
OAXACA, Oax., 21 de enero.—A las 13.30 horas, el Gobernador López Cortés, acompañado por el licenciado Alfonso Caso, llegó a la planta alta del Palacio Federal, para inaugurar la exposición de las maravillas arqueológicas encontradas en la tumba de los seis caciques, en Monte Albán.
El Lic. Caso pronunció un pequeño discurso alusivo al acto:
“Tanto por ser usted Gobernador, como por el hecho de haber ayudado a la expedición en sus trabajos, me honré invitándole a venir a abrir las puertas de la exposición. Creo que deberemos sentirnos orgullosos de ser descendientes de una raza fuerte y vigorosa que supo dejar huellas enormes de cultura y arte en su pasado”.
Más de 300 objetos
Asistieron al acto, además de las personas citadas, un grupo de diputados y regidores locales, la directiva de la Cámara de Comercio y las autoridades militares. La exposición contiene más de trescientos objetos: desde las perlas, famosas por su tamaño, hasta cuentas de oro del calibre de una chaquira. Están colocadas dentro de vitrinas mandadas hacer con urgencia, sobre mesas bien dispuestas. Toda la masa popular oaxaqueña desde esta mañana rodeaba el Palacio, inquietísima por entrar y dar fe, con sus propios ojos, de la maravilla que asombrará al mundo entero. Después de haberse terminado la inauguración oficial, se le dejó entrar. Los soldados federales vigilan las joyas y ordenan, la entrada y la salida, de los concurrentes, con objeto de evitar aglomeraciones.
Oaxaca entera sólo se ocupa del asunto de las joyas sacadas de las entrañas de esta tierra, y en todos los tonos pide a sus representantes arreglen que el tesoro maravilloso no salga nunca del Estado, asegurando que sabrá cuidar la herencia tan valiosa de sus adelantados ancestros. Sería positivamente motivo de contrariedad popular el saber que se reclaman las joyas para México. Ancianitos llevados casi en brazos, van llegando al Palacio Federal para ver, en los últimos días de su vida, las riquísimas joyas encontradas. La intensidad emotiva que ha ocasionado el hallazgo, puede sólo compararse con la observada cuando el memorable templor de 14 de enero.
Palpando el sentimiento popular, pregunté al Lic. Caso esta mañana sobre el futuro de las joyas, relacionando la pregunta con la exteriorización del deseo popular de que permanezcan aquí. Él, me manifestó que considera indispensable llevarse las joyas, que son federales, a México, por muchos motivos. Sabe de antemano que el pueblo oaxaqueño querrá cuidarlas con todo amor; pero la obra del descubrimiento es principio de estudios de gabinete, de análisis y de investigaciones científicas múltiples. En Oaxaca se carece completamente de elementos para hacerlas.
Las joyas de Monte Albán
23 de enero de 1932
Serán traídas a la capital y exhibidas en un lugar adecuado. El hallazgo tiene trascendental importancia arqueológica.
Sabemos que el Secretario de Educación Pública, licenciado Narciso Bassols, telegrafió ayer al licenciado Alfonso Caso, indicándole que, a fin de que el Primer Magistrado de la República conozca las joyas y objetos encontrados en las excavaciones de Monte Albán, proceda a empacarlos convenientemente y con todo género de seguridades, para traerlos a esta capital, donde serán exhibidos.
Importancia del hallazgo
El señor ingeniero José Reygadas Vértiz, Jefe del Departamento de Monumentos Artísticos, Arqueológicos e Históricos, de la Secretaría de Educación, nos dijo ayer acerca de la importancia de la obra que el licenciado Caso ha realizado en Monte Albán:
La exploración de la zona arqueológica de Monte Albán, iniciada el último mes de octubre por el Departamento de Monumentos de la Secretaría de Educación Pública, bajo la dirección inmediata del licenciado Alfonso Caso y con, la ayuda económica de algunos particulares, ha dado el más brillante de los resultados al descubrirse una tumba riquísima de origen zapoteca con objetos mixtecos que, por su cantidad y calidad constituyen un verdadero tesoro científico y material.
El descubrimiento ha sido el resultado de un esfuerzo perfectamente orientado desde el punto de vista científico, impulsado por el entusiasmo y gobernado por la más absoluta honestidad, cualidades todas características del licenciado Caso, a quien el Departamento de Monumentos confió la dirección inmediata de las obras, sabiendo de antemano que el resultado efectivo no se haría esperar. Gran esfuerzo costó al investigador la localización del lugar apropiado; pero la labor fue coronada por el éxito. Puede afirmarse que los descubrimientos últimos de las tumbas egipcias son tan importantes para su arqueología, como las de Monte Albán para la arqueología mexicana.
No está hecha la descripción
La manufactura de los objetos descubiertos es de primera calidad y abundante el número de las piezas preciosas, entre las cuales no fue encontrado un solo ejemplar de cerámica: los materiales son de oro jade, alabastro, cristal de roca y turquesa.
No es posible aún hacer una descripción científica detallada de tales joyas, ni siquiera de sus principales ejemplares. Fue necesario antes atender a su Seguridad, después de un levantamiento exacto de la localización de los objetos en el momento del descubrimiento, para la reconstrucción fiel del hallazgo, y la formación del inventario, tarea muy laboriosa por el número tan grande de ejemplares. En estos momentos se verifica en Oaxaca una exposición para que el pueblo oaxaqueño se de cuenta de la importancia del descubrimiento, y en breves días tendremos en México el tesoro de Monte Albán, porque es indispensable su traslado para su mayor seguridad, para su estudio y para que sea conocido de las autoridades federales.
Trece mil pesos de costo
Los mexicanos—nos dice el ingeniero Reygadas Vértiz—debemos estar orgullosos: el descubrimiento es íntegramente obra nuestra y todo, lo descubierto quedará en México y será debidamente estudiado y publicado. Debe hacerse notar, que la preciosa colección cuesta a México aproximadamente trece mil pesos, importe total de lo gastado en Monte Albán, correspondiendo dos terceras partes a lo aportado por la Secretaría de Educación Pública, y el tercio restante a lo suministrado por particulares, debiéndose tener en cuenta que dentro de esta cantidad está incluido el costo de las excavaciones en la Plataforma Norte de la Plaza Principal, que han puesto a luz una magnífica escalera de cuarenta metros, con alfardas de dos metros de ancho y el desplante de todo el edificio por sus lados Oriente, Sur y Poniente.