La costa oaxaqueña es famosa no sólo por sus playas paradisíacas, sino también por un fenómeno natural que convierte las noches oscuras en un espectáculo mágico: la bioluminiscencia.
Este fenómeno, donde el agua se ilumina con destellos azulados, es posible gracias a los microorganismos marinos, como el plancton, que generan una luz brillante en respuesta a perturbaciones en su entorno.
La bioluminiscencia es el resultado de reacciones químicas en ciertos organismos marinos, como hongos, bacterias, medusas o peces, que producen luz gracias a una enzima llamada luciferasa. Esta luz cumple diversas funciones en la naturaleza, como atraer presas, comunicarse con otros individuos o incluso camuflarse.
En el caso de las playas de Oaxaca, es posible presenciar este fenómeno gracias a la presencia de plancton en las lagunas locales, organismo que se ilumina al ser agitado por el agua.
El mejor momento para disfrutar de este fenómeno es durante la temporada de lluvias, que va de mayo a noviembre, cuando las condiciones son más propicias.
Además, también es más perceptible según las fases de la luna nueva que permiten que el cielo esté más oscuro, lo que hace que los destellos de bioluminiscencia sean aún más brillantes.
Aunque no se trata exactamente de playas, las lagunas de Manialtepec y Chacahua son los destinos perfectos para vivir esta experiencia única.
Estas lagunas se llenan de vida durante la noche gracias al plancton bioluminiscente que ilumina el agua, creando un escenario de ensueño.
A tan solo 20 minutos de Puerto Escondido, la Laguna de Manialtepec es uno de los lugares más conocidos para observar la bioluminiscencia. Aquí se realizan recorridos nocturnos en lancha y en algunos tours se ofrece la experiencia de nadar en sus aguas para vivir de cerca este fenómeno.
La laguna, rodeada de manglares, también es un excelente lugar para el avistamiento de aves y disfrutar de la naturaleza.
Situada a una hora y media de Puerto Escondido, Chacahua es un parque nacional con un sistema lagunar lleno de biodiversidad. En este parque se pueden realizar tours nocturnos para presenciar la bioluminiscencia, un espectáculo que puede apreciarse durante todo el año.
Al ser un área protegida, es fundamental respetar el entorno natural y contribuir al turismo responsable.
Para disfrutar de la bioluminiscencia en su máximo esplendor, es preferible realizar los tours en noches sin luna llena, cuando la oscuridad favorece la visibilidad del fenómeno.
Además, es importante ejercer un turismo responsable, utilizando productos ecológicos y evitando el uso de plásticos y otros desechos en estas áreas tan sensibles.
Oaxaca ofrece una experiencia única para quienes buscan conectar con la naturaleza y vivir momentos inolvidables bajo las estrellas. La bioluminiscencia es uno de esos regalos de la naturaleza que, al igual que la belleza de sus playas, convierte a Oaxaca en un destino turístico lleno de magia y asombro.