Foto: Edwin Hernández
La obra del también director de la Casa de la Cultura Huitztli de Huixtepec lleva por nombre Guelaguetza, ofrenda de un mismo corazón y fue creada en apenas tres días, por lo que, confiesa, todavía estaba fresca cuando la entregó.
“Este año no pensaba participar, no tenía interés. La convocatoria salió en diciembre y entonces yo estaba viviendo muy duro el Covid-19 con mi familia, lo que me dejó un trastorno de ansiedad, por lo que había dejado de pintar desde octubre hasta enero, cuando cerró la convocatoria. Mis amigos me animaron cuatro días antes”, narra en entrevista.
En realidad, Erwis no es ningún novato ni era la primera vez que participaba en esta convocatoria, pues cuenta que inscribió obras hace seis años y luego hace tres, pero que en ninguna ocasión fue seleccionado.
Por eso, la noticia de que era el ganador de 2021 lo tomó por sorpresa y le costó asimilarla. “La pintura la desarrollé a lo largo de tres días; cuando la entregué todavía iba fresca. Está hecha en tela, al óleo”, explica.
Foto: Edwin Hernández
Erwis dice que aunque el tiempo corría no se estresó y un día completo lo pasó sólo imaginando los motivos que quería plasmar, pues no acostumbra recurrir a bocetos. “Siento que mi pintura tiene que hablar por sí sola y me gusta que sea más expresiva que definida. No me importa tanto el detalle, sino lo que vaya a expresar”.
Una vez que tenía en mente la imagen, cuenta que la trabajó por ratos, acompañado por música oaxaqueña de intérpretes como Lila Downs y recreando a la par de las notas. Imaginando los motivos, que enmarca dentro de dos corrientes, el paisajismo o realismo mágico y el tema de las tradiciones, que plasma gracias al colorido de su trabajo.
“Esta obra significa mucho, porque creo que es un sentimiento que no sólo es mío, si no de todos los oaxaqueños, la añoranza de que ya extrañamos la festividad, la alegría de lo que vivimos con la Guelaguetza, de la que ya nos privaron dos años. La nostalgia de estar libres”, dice el artista, quien estudió en la Facultad de Bellas Artes y el Taller Rufino Tamayo. Con su obra, se coronó por encima de 54 maestros oaxaqueños.