Entre las montañas de Oaxaca crece uno de los tesoros gastronómicos más codiciados de México: el chile chilhuacle, que es considerado como uno de los más caros del país y su sabor intenso lo convierte en único en todo el mundo.
Al ser un ingrediente con una producción escasa, se vuelve en un chile exótico que cautiva a los chefs y a los amantes de la cocina tradicional oaxaqueña.
Este ingrediente es esencial en platillos emblemáticos de la cocina oaxaqueña como el mole negro, ya que el chilhuacle aporta color y un sabor intenso que le da un toque distinto.
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También se utiliza para cocinar chilate de pollo o de res, que es un guiso espeso típico de la región de la Cuenca del Papaloapan.
Es el ingrediente secreto para varias salsas artesanales, donde usan el chilhuacle negro, rojo o amarillo para acompañar con carnes o totopos. Este salsas son difíciles de replicar con otro tipo de chiles.
En algunas zonas de Oaxaca el chilhuacle es el protagonista de platillos como los moles pipiánes.
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Es de los más caros de México, pues su precio puede alcanzar entre los mil 500 y 3 mil pesos por kilo, dependiendo el tipo, es decir si es negro, rojo o amarillo, además de la calidad de la cosecha.
Tiene este precio elevado porque este chile solo se cultiva en zonas específicas de Oaxaca, principalmente en los valles centrales y la región de Cañada.
El chilhuacle es un chile exigente, su cultivo depende de un clima muy específico y de técnicas agrícolas tradicionales que requieren cuidado minucioso. Esta complejidad en su producción lo convierte en uno de los ingredientes más codiciados del mercado, atrayendo a chefs reconocidos, cocineras tradicionales y restaurantes de alta cocina que buscan un sabor inigualable.
Es por ello, que el chilhuacle es un símbolo de herencia culinaria, identidad oaxaqueña y cultura agrícola. ¿Lo has probado?