Desde las alturas donde el cielo parece ser infinito, Oaxaca presume con orgullo uno de sus tesoros naturales que roba el aliento. Enclavado entre las majestuosas montañas, se encuentra uno de los miradores más altos de Latinoamérica, un balcón entre nubes que ofrece vistas soñadas.
Hablamos del Mirador de Cristal Cuachirindoo, que se ubica a tan solo una hora de la ciudad de Oaxaca y desde este se puede apreciar el municipio de Ixtlán de Juárez. Es parte de los destinos imperdibles de la capital.
Se inauguró en 2022 y es uno de los más altos de Latinoamérica con 200 metros de altura, superado por el Sky Costanera en la Gran Torre de Santiago de Chile.
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Este impresionante mirador, con su plataforma suspendida en el abismo, ofrece vistas del mar de nubes y de la espesa vegetación que hace de la región una joya ecoturística. También puedes ser testigo de los cielos despejados y sentir que flotas sobre la inmensidad de Ixtlán.
El Mirador de Cuachirindoo regala una experiencia única: el amanecer aquí es un espectáculo natural donde los rayos del sol tiñen las montañas con tonos dorados y anaranjados, mientras las aves cruzan las montañas. Desde ese punto también se alcanza a ver la Laguna de Guelatao.
La estructura del cristal templado permite a los visitantes ver directamente bajo sus pies, mientras una barandilla de acero garantiza seguridad en las alturas.
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Más allá de la adrenalina que genera este mirador de cristal, también representa una conexión con la naturaleza, una excelente opción para quienes buscan desconectarse del bullicio de la ciudad y respirar aire puro.
Además del mirador, en Ixtlán puedes hospedarte en acogedoras cabañas, disfrutar de una cafetería con piso de cristal y aventurarte en actividades como tirolesa o ciclismo de montaña.
Si te gustan las actividades extremas, a un costado del mirador, se encuentra la Esfera del Vacío, que es un tipo columpio en forma de esfera sobre las alturas de Ixtlán. Es uno de los atractivos más divertidos que sin dudas te harán sentir un nudo en el estómago.