Estrella, la muxe de Oaxaca nominada al Ariel que se abre paso ante la transfobia

Desde niña, soñó con una vida en las pasarelas y, aunque en el camino se encontró con discriminación y bullyng, ahora le hace honor a su nombre y brilla con luz propia tras incursionar como actriz

Estrella, la muxe de Oaxaca nominada al Ariel que se abre paso ante la transfobia. Fotos: Mario Arturo Martínez
Más de Oaxaca 21/10/2023 11:17 Christian Jiménez Actualizada 11:17

Oaxaca de Juárez.- Con las piernas cruzadas debajo de una larga y brillante enagua amarilla, Estrella Vásquez, activista, vestuarista y también actriz de la película mexicana Finlandia, rol que le valió la nominación a los premios Ariel, relata parte de su vida, en la que ha enfrentado situaciones de transfobia, acoso y abuso, antes de convertirse en la primera muxe en el país en ser considerada en la terna para ganar el máximo galardón del cine mexicano.

Estrella nació y creció en la Séptima Sección de Juchitán de Zaragoza, ciudad zapoteca de Oaxaca falsamente llamada el "paraíso muxe", pues en ella, como en toda la región del Istmo de Tehuantepec, persiste la discriminación a las personas de la comunidad LGBTQ+ y suman hasta 30 crímenes de odio que se mantienen en impunidad en los últimos 15 años, la mayoría en Juchitán. 

Desde muy niña, dice, supo que su vida no era la que querían imponerle: la de un hombre de familia. Soñaba con ser modelo de pasarela y portar sus propios diseños. Cada día, al volver de la escuela hacia su casa, las cuadras se transformaban en su pasarela personal, pero en lugar de aplausos y flashes, recibía las burlas, apodos y pedradas por su orientación sexual e identidad de género.

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Descubrió su nombre por obra del destino, recuerda en entrevista con EL UNIVERSAL, pues durante su infancia, cuando ayudaba a su mamá a vender comestibles, una de sus amigas, una mujer dedicada al trabajo sexual, la llamaba Estrellita. 

Aunque recibió burlas por ello, con el tiempo, adoptó ese como el nombre con el que es conocida y con el que hasta hoy se presenta.

Los dedos largos de sus manos se entrelazan en medio del relato, para contar cómo en su vida adolescente buscó diferentes caminos para su vida adulta, aprendió alfarería, panadería y costura, en negocios de Juchitán, mismos que tuvo que abandonar poco después, al ser acosada sexualmente por los propietarios.

"Me metí en todo tipo de trabajos. Yo fui hasta lavadora de carros, fui jardinera, panadera, alfarera, pepenadora, vendedora… hice de todo… pero al ser muxe, los dueños de los negocios me empezaron a acosar. La situación es que, si te quedas, te violan", lamenta.

De visita en la ciudad de Oaxaca para probarse el vestuario que usará en una conferencia en San Luis Potosí para hablar sobre su identidad muxe y su experiencia tras la nominación al Ariel, Estrella reconoce que es algo que no esperaba.

Tras probar suerte en diversos oficios, decidió poner su propio taller en su casa y, aunque al principio mandaba a dibujar los huipiles para posteriormente bordarlos, finaliza que aprendió a hacerlo ella misma en un sólo día. Esa destreza en la costura le dio popularidad entre la comunidad cuyas mujeres le encargaban los huipiles elegantes que portan en las velas tradicionales de la región del Istmo de Tehuantepec.

A su labor textil, cuyas habilidades adquirió de manera autodidacta, suma las de maquillaje y peinado, que también aprendió por su cuenta, para ofrecer esos servicios a quienes lo solicitan, principalmente para las fiestas.

A la par de la construcción de su camino profesional, Estrella buscaba su identidad, y cuando tenía 20 años decidió reconocerse como una mujer muxe, aunque ello le acarreó conflictos familiares, principalmente con su padre. La hoy actriz recuerda  que fue en una fiesta de cumpleaños cuando puso un ultimátum a su familia: aceptarla o que esa fuera su fiesta de despedida. Su familia aceptó.

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Sin embargo, Estrella reconoce que la aceptación sigue siendo una lucha para la comunidad LGBTQ+, cuyos integrantes son víctimas de violencia, sobre todo, al interior de sus familias.

"La situación de los derechos de las personas de la comunidad ha cambiado, pero no mucho. Mientras la aceptación familiar es más común y es un tema que se habla más sigue la violencia y las muertes", señala.

Estrella comenta que otras muxes de mayor edad le han compartido que la esperanza de vida de una mujer muxe es de 25 a 30 años de edad, por ello le aconsejan dar gracias de haber pasado los 40.

Las cifras le dan la razón. Según datos del informe “Documentación de casos de violencia y crímenes contra personas muxe y trans en el Istmo de Tehuantepec”, de Mexfam y Fundación Arcus, en los últimos tres lustros, hasta septiembre de 2022, se registraron 38 casos de violencia contra integrantes de esta comunidad, en al menos nueve municipios de esta región, entre 25 y 30 se consideran “crímenes de odio”. En la mayoría nadie fue detenido y mucho menos sentenciado. 

El primero salto

En junio de 2021, Estrella Vásquez apareció en la portada de la revista Vogue en español, portando un traje tradicional y un abanico rosa; su foto le dio la vuelta al mundo y se convirtió en un primer empuje a la carrera que todas entonces no sabía que tendría. 

Ella no esperaba el fenómeno que se desató  tras su aparición en esa portada. Relata que fue desde la marcha del orgullo que varias mujeres muxes, a través de la activista Felina Valdivieso, fueron contactadas por la publicación.

"Éramos un grupo de 14 y nos tomaron fotos solas, en pareja, de tres en tres, pero donde aparecemos todas, esa queríamos que fuera la portada", recuerda.

Una noche antes de que saliera la publicación, Estrella acudió a una fiesta por lo que se despertó muy tarde y, al ver su celular, habían miles de notificaciones y llamadas para felicitarla por la portada.

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Estrella, consternada por la noticia, comenzó a darse a conocer a través de las decenas de medios que buscaban una entrevista con ella. Fueron 15 días dando entrevistas sin parar, a medios de otros estados y países, sin poder trabajar en su taller. 

"Tengo más felicitaciones de todo el mundo, que de mi propio pueblo", señala entre risas. La portada puso a Estrella y su luz propia en el radar de los medios y su voz comenzó a escucharse.

Sin embargo, antes de aparecer en Vogue, Estrella brilló en otras publicaciones como en la revista especializada en fotografía, Cuartoscuro, además, su historia es una de las “Historias chidas para mexicanas chidísimas” que conforman el libro la escritora Luciana Biondo.

En 2020, el equipo de producción de la película "Finlandia", dirigida por Horacio Alcalá, encontró a Estrella en un documental del que tomaron capturas para buscarla por todo Juchitán, mientras ella estaba trabajando en su taller.

Fue hasta al otro día que la entrevistaron y le hicieron casting. Estrella contó parte de su historia y es en ese fragmento de su vida en el que se basa gran parte de la película. Después, vieron su vestuario y se lo pidieron para vestir a actores y actrices.

Esa fue la forma en la que el trabajo de años de Estrella se reflejó en la pantalla grande, en ese filme. Mucho antes de que su imagen le diera la vuelta al mundo en la portada de Vogue. En un principio, se hizo cargo también del peinado y maquillaje, además, enseñó frases en zapoteco que salieron en la película, pero después, la carga fue demasiada y decidió pedir ayuda de la producción para hacerse cargo únicamente del vestuario.

"Ya estando ahí, me dijeron, sabes qué  queremos que estés en la película. Me tocó improvisar, como una actriz improvisada, a pesar que nunca había actuado… tú eres el guión, me decían", narra.

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Hace algunos meses, Estrella, incrédula, recibió la noticia sobre la nominación al Ariel por este cinta estrenada en 2022. Y aunque no ganó la estatuilla, reconoce que la experiencia fue enriquecedora para su carrera. A tal grado que le abrió las puertas para continuar en el séptimo arte. 

Recientemente, por ejemplo, esta mujer zapoteca ha recibido invitaciones para colaborar en otras cintas, mientras tanto ofrece ponencias para contar su experiencia en la película y su historia de vida.

Mientras continúa experimentando facetas, Estrella tiene el sueño de abrir un comedor con dos fines: vender platillos tradicionales y que el primero de cada mes ofrezca comida gratuita a las mujeres muxes de la tercera edad.

"Las muxes envejecen solas, lo que hizo en su vida para ayudar a su comunidad a su familia, muere en el olvido", finaliza.

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