Desde muy niña, dice, supo que su vida no era la que querían imponerle: la de un hombre de familia. Soñaba con ser modelo de pasarela y portar sus propios diseños. Cada día, al volver de la escuela hacia su casa, las cuadras se transformaban en su pasarela personal, pero en lugar de aplausos y flashes, recibía las burlas, apodos y pedradas por su orientación sexual e identidad de género.

Aunque recibió burlas por ello, con el tiempo, adoptó ese como el nombre con el que es conocida y con el que hasta hoy se presenta.
Los dedos largos de sus manos se entrelazan en medio del relato, para contar cómo en su vida adolescente buscó diferentes caminos para su vida adulta, aprendió alfarería, panadería y costura, en negocios de Juchitán, mismos que tuvo que abandonar poco después, al ser acosada sexualmente por los propietarios.
"Me metí en todo tipo de trabajos. Yo fui hasta lavadora de carros, fui jardinera, panadera, alfarera, pepenadora, vendedora… hice de todo… pero al ser muxe, los dueños de los negocios me empezaron a acosar. La situación es que, si te quedas, te violan", lamenta.
Tras probar suerte en diversos oficios, decidió poner su propio taller en su casa y, aunque al principio mandaba a dibujar los huipiles para posteriormente bordarlos, finaliza que aprendió a hacerlo ella misma en un sólo día. Esa destreza en la costura le dio popularidad entre la comunidad cuyas mujeres le encargaban los huipiles elegantes que portan en las velas tradicionales de la región del Istmo de Tehuantepec.
A su labor textil, cuyas habilidades adquirió de manera autodidacta, suma las de maquillaje y peinado, que también aprendió por su cuenta, para ofrecer esos servicios a quienes lo solicitan, principalmente para las fiestas.

Estrella comenta que otras muxes de mayor edad le han compartido que la esperanza de vida de una mujer muxe es de 25 a 30 años de edad, por ello le aconsejan dar gracias de haber pasado los 40.
Las cifras le dan la razón. Según datos del informe “Documentación de casos de violencia y crímenes contra personas muxe y trans en el Istmo de Tehuantepec”, de Mexfam y Fundación Arcus, en los últimos tres lustros, hasta septiembre de 2022, se registraron 38 casos de violencia contra integrantes de esta comunidad, en al menos nueve municipios de esta región, entre 25 y 30 se consideran “crímenes de odio”. En la mayoría nadie fue detenido y mucho menos sentenciado.
En junio de 2021, Estrella Vásquez apareció en la portada de la revista Vogue en español, portando un traje tradicional y un abanico rosa; su foto le dio la vuelta al mundo y se convirtió en un primer empuje a la carrera que todas entonces no sabía que tendría.
Ella no esperaba el fenómeno que se desató tras su aparición en esa portada. Relata que fue desde la marcha del orgullo que varias mujeres muxes, a través de la activista Felina Valdivieso, fueron contactadas por la publicación.
"Éramos un grupo de 14 y nos tomaron fotos solas, en pareja, de tres en tres, pero donde aparecemos todas, esa queríamos que fuera la portada", recuerda.
Una noche antes de que saliera la publicación, Estrella acudió a una fiesta por lo que se despertó muy tarde y, al ver su celular, habían miles de notificaciones y llamadas para felicitarla por la portada.

Estrella, consternada por la noticia, comenzó a darse a conocer a través de las decenas de medios que buscaban una entrevista con ella. Fueron 15 días dando entrevistas sin parar, a medios de otros estados y países, sin poder trabajar en su taller.
"Tengo más felicitaciones de todo el mundo, que de mi propio pueblo", señala entre risas. La portada puso a Estrella y su luz propia en el radar de los medios y su voz comenzó a escucharse.
Sin embargo, antes de aparecer en Vogue, Estrella brilló en otras publicaciones como en la revista especializada en fotografía, Cuartoscuro, además, su historia es una de las “Historias chidas para mexicanas chidísimas” que conforman el libro la escritora Luciana Biondo.
Fue hasta al otro día que la entrevistaron y le hicieron casting. Estrella contó parte de su historia y es en ese fragmento de su vida en el que se basa gran parte de la película. Después, vieron su vestuario y se lo pidieron para vestir a actores y actrices.
Esa fue la forma en la que el trabajo de años de Estrella se reflejó en la pantalla grande, en ese filme. Mucho antes de que su imagen le diera la vuelta al mundo en la portada de Vogue. En un principio, se hizo cargo también del peinado y maquillaje, además, enseñó frases en zapoteco que salieron en la película, pero después, la carga fue demasiada y decidió pedir ayuda de la producción para hacerse cargo únicamente del vestuario.
"Ya estando ahí, me dijeron, sabes qué queremos que estés en la película. Me tocó improvisar, como una actriz improvisada, a pesar que nunca había actuado… tú eres el guión, me decían", narra.

Mientras continúa experimentando facetas, Estrella tiene el sueño de abrir un comedor con dos fines: vender platillos tradicionales y que el primero de cada mes ofrezca comida gratuita a las mujeres muxes de la tercera edad.
"Las muxes envejecen solas, lo que hizo en su vida para ayudar a su comunidad a su familia, muere en el olvido", finaliza.