La tlayuda es uno de los imperdibles de la gastronomía en Oaxaca cuyo origen se remonta a varias décadas. Cada una puede prepararse según el gusto del comensal. Algunos las prefieren solas como acompañamiento a la hora de comer, otros optan por convertirla en un platillo completo: untada de asiento (grasa de cerdo), frijoles, quesillo y en ocasiones verdura como lechuga o col, jitomate y aguacate.
Recientemente, la popularidad de la tlayuda creció y le dio la vuelta al mundo, gracias a la serie de gastronomía Street Food Latinoamérica de Netflix.
Este es un plato insignia de la Mixteca. Específicamente en el municipio de Huajuapan de León, Oaxaca, cada año se lleva a cabo la tradicional matanza, donde en diversas haciendas se realiza el sacrificio de miles de cabezas de ganado caprino de octubre a noviembre.
Lo importante de este platillo es el guaje, la base del guiso, y la deliciosa carne de la cadera y el espinazo del chivo, que le confiere un sabor espectacular al caldo.
Foto: Archivo El Universal
El caldo de piedra es un platillo tradicional que ha pasado de generación en generación.
En la cuenca del río Papaloapan, Oaxaca, los chinantecos son los encargados de preservar esta milenaria receta que a principios de este año, fue declarado patrimonio Cultural Intangible de Oaxaca
Este caldo se sirve en una jícara -su nombre proviene del árbol con el que se elabora este recipiente “el árbol de jícara” y las piedras tienen que ser de río, de preferencia blancas, pues se cree que estas son las que soportan mejor las altas temperaturas.
Otro de los platillos imperdibles de la gastronomía de Oaxaca, es el mole negro, uno de los 7 tipos que se preparan en este estado. Este se prepara sobre todo en la región de los Valles Centrales. Tiene un sabor ligeramente picante y dulce.
El mole negro se prepara con más de 30 ingredientes, que combinan alimentos dulces, salados, crujientes, ácidos, por ejemplo: los chiles chilhuacle negro, rojo, mulato y pasilla oaxaqueño; cacahuates, almendras, anís, comino, hoja de aguacate, chocolate, entre otros.
Foto: Archivo EL Universal
El mole amarillito es una de las recetas insignia del estado del barro negro. Este guiso tiene una consistencia caldosa y espesa y su color tiene un tono amarillo-rojizo.
Está preparado con chilhuacle amarillo, de ahí proviene su nombre. El mole amarillito se cocina con más frecuencia que otros moles.