Guelaguetza en comunidades de Oaxaca, volver a las prácticas de ayuda mutua ante un negocio de altos precios
El gobierno, dice el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, usa a los pueblos indígenas para captar recursos, pues sólo se acuerdan de ellos en estas fechas
Oaxaca de Juárez.– Precios elevados y discriminación dejan fuera de la Guelaguetza a los pueblos indígenas del estado, afirma la coordinadora del Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca, Gabriela Linares Sosa, en entrevista con EL UNIVERSAL.
Hace 90 años, comenta, era una fiesta de los pueblos de Oaxaca, los locales subían al cerro a convivir; en un sentido más amplio, la Guelaguetza para las comunidades indígenas refiere a la idea de “ayuda mutua”.
La palabra proviene del vocablo zapoteco guendalezaa, que significa ofrenda, presente o cumplimiento. Cada región tiene su nombre para esta práctica. En la Sierra Norte se le conoce como gueza.
El Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo busca reivindicar el significado de la palabra como algo que se vive cada día y no una temporada.
“La Guelaguetza está presente en los tequios, bodas, funerales, en la construcción de las viviendas, es una práctica que sostiene el tejido social en las comunidades y que poco a poco se ha ido perdiendo”.
Pese a ello, Linares Sosa asegura que los Lunes del Cerro no están mal vistos en las comunidades, pues promueven la cultura tradicional a través de las danzas; no obstante, afirma que los gobiernos han usado a la fiesta de la Guelaguetza como una forma de negocio que reditúa a las arcas públicas y a los empresarios turísticos.
En la época antigua, los mexicas adoraban a diversas deidades, entre ellas la Diosa Centéotl, del Maíz, a la que celebraban cada año con danzas, ritos y un banquete de ocho días.
Por documentos del Archivo General del Estado de Oaxaca, que datan de 1931 y 1934, se sabe que la festividad era organizada por el Departamento de Educación Pública, el ayuntamiento de la ciudad y clubes deportivos, que creaban el Comité Organizador de Festejos. Con el propósito de “animar la fiesta”, había un programa con actividades culturales, sociales y deportivas.
Preservar la comunidad
A través de un foro que organizaron por segundo año consecutivo, analizan la folclorización de la cultura de los pueblos de Oaxaca, al tiempo que buscan visibilizar a la Guelaguetza como una práctica comunitaria vigente.
Mientras que los altos precios de la entrada a los Lunes del Cerro quedan sólo al alcance del turismo extranjero, los defensores del maíz apuestan por una estrategia que consiste en “fortalecer la convivencia colectiva en el día a día, fomentar el trabajo comunitario y que la gente sepa la verdadera concepción de la Guelaguetza”.
Debido a que mucha gente no puede asistir al Auditorio Guelaguetza, por el gasto económico que implica, comunidades se han organizado para ofrecer actividades culturales al alcance de los pobladores.
El gobierno, dice, usa a los pueblos indígenas para captar recursos, pues sólo se acuerdan de ellos en estas fechas.
Asimismo, cuestiona a la autoridad del Comité de Autenticidad, pues decide quién se presenta en los Lunes del Cerro sin conocer a profundidad el contexto comunitario.
El Espacio Estatal señala que la injerencia del comité es vista por las comunidades como racista y discriminatoria.
Afirma, por ejemplo, que la Sierra Norte quedó excluida de los Lunes del Cerro este año, pues el Comité de Autenticidad exigió esquemas completos de vacunación antiCovid, pero en esa región muchas personas aún esperan una o dos dosis.
El comité también exigió que las credenciales de elector tuvieran domicilios en la región, dejando fuera a personas que migraron por necesidad.
Al respecto, el gobierno de Oaxaca aseguró a EL UNIVERSAL que fueron las comunidades de esa región las que declinaron presentar su candidatura para participar en esta edición, motivadas por la pandemia de Covid-19.
La verdadera Guelaguetza
Gabriela Linares comparte la anécdota de productoras de empanadas de San Antonino Castillo Velasco, quienes sobrevivieron a la pandemia gracias a la práctica de la Guelaguetza, pues en este lapso el gobierno no apoyó su economía ni atendió su salud.
El cambio de productos, alimentos, trabajo comunitario, fue lo que logró que las comunidades superaran la emergencia sanitaria; gracias a los acuerdos comunitarios, muchas se aislaron y evitaron contagios.
No obstante, la Sierra Norte quedó excluida de los Lunes del Cerro este año, pues el Comité de Autenticidad exigió esquemas completos de vacunación antiCovid, pero en esa región muchas personas aún esperan una o dos dosis.
El comité también exigió que las credenciales de elector tuvieran domicilios en la región, dejando fuera a personas que migraron por necesidad.
Por ello, el Espacio Estatal en Defensa del Maíz Nativo de Oaxaca realiza capacitaciones, intercambios y denuncias sobre los programas que llegan al campo oaxaqueño y cómo impactan la vida de los campesinos; actualmente, parte de su labor está enfocada en la práctica de la Guelaguetza.