Oaxaca de Juárez.-
Rufino del Carmen Arellanes Tamayo, mejor conocido como
Rufino Tamayo, fue uno de los
pintores oaxaqueños con más reconocimiento y cuyas obras pueden encontrarse en museos de cualquier parte del mundo; este 25 de agosto se cumplen
122 años de su natalicio.
Aunque Tamayo fue contemporáneo de artistas plásticos como
David Alfaro Siqueiros, Diego Rivera y José Clemente Orozco, sus murales no necesariamente se insertaron en el espíritu nacionalista o de izquierda de estos artistas.
“Rufino Tamayo es uno de los primeros que se rehúsa a seguir el camino trazado por los fundadores de la pintura moderna mexicana. Y su búsqueda pictórica y poética ha sido de tal modo arriesgada y su aventura artística posee tal radicalismo, que esta doble independencia lo convierte en la oveja negra de la pintura mexicana”, afirmó el poeta y Nobel de Literatura Octavio Paz, en el texto “Tamayo en la Pintura Mexicana”.
Además, fue autor de una prolífica obra, con mil 300 óleos en su haber; 465 obras gráficas, entre litografías y mixografías, unos 350 dibujos, 21 murales, 20 esculturas y un vitral, de acuerdo con el registro del Instituto Nacional de Bellas Artes (INBA).
También están los 20 retratos que hizo de su esposa Olga Flores Rivas (quien adoptó el apellido de Tamayo y fue conocida como Olga Tamayo) quien fue su compañera de toda la vida.
De madre costurera y padre zapatero, el artista nació en la ciudad de Oaxaca, en el número 215 de la segunda calle de Cosijopí, en el Barrio del Carmen Alto, el 25 de agosto de 1899; siguiendo sus aspiraciones artísticas, inició estudios en la Academia de San Carlos en 1917, en la cual destacó por sus dotes, pero que igual abandonó.
Posteriormente en 1921, se emplea como dibujante en el Departamento de Dibujo Etnográfico del Museo Nacional de Arqueología, Historia y Etnografía y unos cuantos años después, en 1926, inaugura su primera exposición individual en un local rentado por él mismo, con un catálogo escrito por Xavier Villaurrutia.
Unos meses después, de acuerdo con Del 19 al 30 de octubre de 1926, la Weyhe Gallery presenta en Nueva York la muestra “Paintings, Watercolors, Drawings, and Woodcuts by Rufino Tamayo, de acuerdo con la biografía publicada por la Oficina de derechos de autor del pintor.
Luego de una larga temporada de vivir en Estados Unidos, los trabajos del artista oaxaqueño son exhibidos junto a la obra de artistas como Balthus, Chagall, Matisse, Miró y Picasso.
En una entrevista realizada en 1956, recogida por el INBA, Tamayo sostiene que “mi sentimiento es mexicano, mi color es mexicano, mis formas son mexicanas, pero mi concepto es una mezcla (…) Ser mexicano, nutrirme en la tradición de mi tierra, pero al mismo tiempo recibir del mundo y dar al mundo cuanto pueda: este es mi credo de mexicano internacional”.
Después se mudo a París, Francia, en donde vivió durante 10 años; en 1987, cuando el pintor tenía 70 años, recibió un homenaje nacional, en la que “se destaca su magna producción mural, sus cientos de cuadros, los centenares de dibujos, obras gráficas e ilustraciones, sus escritos y su encomiable labor como promotor del arte y la cultura”, señala la oficina.
Falleció el 24 de junio de 1991 de un infarto agudo, tras haber sido hospitalizado en el Instituto Nacional de Ciencias Médicas y Nutrición Salvador Zubirán, en la Ciudad de México, por fuertes problemas respiratorios. Sus restos reposan en el Museo Tamayo Arte Contemporáneo.
De acuerdo con el INBA, sus murales se encuentran en el Palacio de Bellas Artes, el Museo Nacional de Antropología, el Conservatorio Nacional de Música en México, el Dallas Museum of Cine Arts, la Biblioteca de la Universidad de Puerto Rico y en la sede de la UNESCO, en París, por mencionar algunos.
Su obra es expuesta en recintos de todo el mundo, como los museos de Arte Moderno de México y Nueva York, el Guggenheim y la Philips Collection, en Washington, Estados Unidos.
