Ubicado en el corazón de la ciudad de Oaxaca, el Jardín Etnobotánico de Oaxaca (JEBOax) es mucho más que un espacio verde: es un símbolo de recuperación del patrimonio histórico y cultural del estado. Su creación marcó un hito en la conservación del conocimiento botánico tradicional, y su historia está estrechamente ligada a figuras clave y al esfuerzo conjunto de instituciones públicas y civiles.
El terreno que hoy ocupa el JEBOax formó parte del convento de Santo Domingo durante la época colonial. Después de la Guerra de Reforma, el espacio fue expropiado y pasó a ser cuartel militar, función que mantuvo hasta 1994.
Fue precisamente en ese año cuando, gracias a un acuerdo publicado en el Diario Oficial de la Federación (DOF), se retiró del servicio de la Secretaría de la Defensa Nacional para destinar 2.3 hectáreas al establecimiento de un jardín botánico.
La idea de convertir este sitio histórico en un espacio dedicado a las plantas nativas de Oaxaca surgió en 1993, impulsada por el reconocido artista y activista Francisco Toledo, en conjunto con el Patronato para la Defensa y Conservación del Patrimonio Cultural y Natural de Oaxaca, A.C.(PRO-OAX). La propuesta buscaba no sólo recuperar el valor arquitectónico del antiguo convento, sino también vincular la biodiversidad con las tradiciones culturales de los pueblos originarios.
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El diseño del jardín fue resultado de un trabajo colaborativo entre artistas, científicos, botánicos y expertos en patrimonio, liderado por Toledo. Así se gestó un espacio que integra paisajes representativos de todo Oaxaca: desde zonas áridas hasta regiones húmedas y tropicales.
En sus primeros años, el jardín fue administrado por un fideicomiso en el que participaron el Gobierno del estado, Fomento Social Banamex, el Gobierno Federal, a través del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes y el INAH, y PRO-OAX. Este fideicomiso operó hasta 2006, cuando su administración pasó directamente al Gobierno del estado de Oaxaca.
En 2022, se consolidó su estatus jurídico como órgano desconcentrado de la Secretaría de Administración, con autonomía técnica, operativa y de gestión. Esta nueva figura permite asegurar la conservación de su infraestructura, la continuidad de sus proyectos científicos y educativos y la preservación de sus más de 7 mil 500 ejemplares vegetales pertenecientes a 472 géneros.
Hoy, el Jardín Etnobotánico de Oaxaca es un referente en turismo cultural, ciencia y educación ambiental, pues conserva y expone especies nativas de gran importancia cultural, alberga un banco de semillas, un herbario, una biblioteca, un vivero y zonas de exposición como La Plazuela y el Patio del Huaje.
Visitar el Jardín Etnobotánico de Oaxaca es descubrir cómo la historia, la naturaleza y la cultura pueden convivir armónicamente en un solo lugar, ofreciendo una experiencia única que enriquece el conocimiento y fortalece la identidad oaxaqueña.