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En el corazón de los Valles Centrales, a poco más de una hora de la capital oaxaqueña, se esconde un paraíso natural de belleza inigualable.
Las Salinas, ubicado en San Baltazar Guelavila, es un paraje donde la fuerza de la naturaleza se fusiona con la historia mineral de la tierra.
Para llegar a este destino exótico, el camino de terracería te ofrece un adelanto de lo que verás, un paisaje montañoso de magueyes y ríos, con las icónicas cascadas petrificadas de Hierve el Agua de fondo.
Al adentrarse en Las Salinas, los visitantes se encuentran con un cañón rocoso que te dejará sorprendido.
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Un encuentro de aguas y minerales
El paraje debe su magia a las aguas sulfurosas que se deslizan de las rocas, producto de una mina oculta en la zona. Esta agua salada, que emana de antiguos yacimientos, se mezcla con el agua dulce de un arroyo, creando un sitio único.
Este fenómeno natural pinta las paredes del cañón con vibrantes tonalidades de rojo, verde, amarillo y naranja, una paleta de colores creada a lo largo de miles de años. Caminar por aquí es como adentrarse en una galería de arte esculpida por la naturaleza.
Además de sus formaciones rocosas, Las Salinas te ofrece paisajes montañosos que son un deleite para la vista. El lugar cobra vida por sí solo, invitando a los visitantes a sumergirse en la fuerza de sus cañones y aguas.
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Un destino para la aventura
Los pobladores de San Baltazar Guelavila se han dedicado a preservar y rescatar este sitio, abriendo "sus puertas" para que viajeros de todo el mundo puedan disfrutar de una probada de la belleza oaxaqueña.
Las Salinas es el lugar perfecto para la aventura. En cada paso, descubrirás nuevas maravillas como cuevas, cuerpos de agua y formaciones que demuestran el asombroso poder de la naturaleza.
