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Sin embargo, en esta ocasión, las imágenes que son cielos como el de Madrid, bosques u hongos sobre negativos fueron intervenidas desde lo digital, con lo cual el autor plantea a las y los espectadores un viaje por 17 cuentos cortos en escenarios que se antojan apocalípticos o de terror.
Aunque las imágenes son intervenciones digitales, nacieron como fotografías desde cámaras análogas e incluso estenopeicas, como una que Luis fabricó a partir de una caja de cerillos.
Este trabajo, apunta, rompe con los esquemas de la fotografía y se puede entender como una expresión artística, pues algunas piezas son abstractas o con imágenes minimalistas.
Las imágenes también contienen signos, letras y números parte de un código que sólo el autor conoce y que pretenden generar reacciones y detonar la imaginación de quienes las vean.
En 2009, en coordinación con el Centro Fotográfico Manuel Álvarez Bravo y el Consejo Danés de Arte Statens Kunstrad, Paredes presentó la muestra El Cuerpo de la Fotografía, en el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca.
Luis Paredes pertenece a la generación de fotógrafos centroamericanos que comienzan a experimentar con la fotografía como medio de expresión artística, rompiendo con la documental que predominaba en la región hasta el final de los años ochenta.
Durante más de 30 años de trayectoria como artista, su trabajo ha sido una larga investigación personal del medio fotográfico, siempre renovando -a veces de manera radical- no sólo la temática, sino también su lenguaje expresivo.
Ha expuesto en galerías y museos de 33 países, tanto de manera individual como colectiva y participó en la 47° y 51° Bienal de Venecia, en la 6° Bienal Bienal de La Habana, en la 24° Bienal de Sao Paulo, en la 1° Bienal del Báltico y en la 3° Bienal Iberoamericana de Lima, entre otras.
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