Mario Salvador, el compositor con 7 oficios y 14 necesidades que pone en alto el nombre de Oaxaca

Las canciones de Mario Salvador Pérez han cobrado notoriedad, incluso una de ellas salió en la cinta mexicana “Y tu mamá también” de Gael García y Diego Luna

Mario Salvador, el compositor con 7 oficios y 14 necesidades que pone en alto el nombre de Oaxaca. Fotos: Mario Artuto Martínez
Más de Oaxaca 19/10/2022 09:16 Juan Carlos Zavala Actualizada 10:41

Oaxaca de Juárez.— Diego Luna y Gael García juegan en un futbolito de mesa y detrás de ellos se observa una rockola desde la cual emana una canción a ritmo de cumbia: “Qué puedo hacer para olvidarte, fuiste primavera, te di mi alma entera, te entregué mi ser”. La cámara realiza un movimiento hacia una cabina telefónica, en cuyo interior se encuentra la actriz Maribel Verdú, quien habla por teléfono; la pieza suena de fondo durante toda la escena.

La canción se llama "Hora tras hora" y es interpretada por el grupo Philadelphia. El compositor es el oaxaqueño Mario Salvador Pérez José. 
Cuando él y la Sociedad de Autores y Compositores de México (SACM) descubrieron que la composición fue usada en la película "Y tu mamá también", de Alfonso Cuarón, estrenada el 8 de junio de 2001, ya habían pasado varios meses.

A 22 años del largometraje, el creador de esta canción considera que pudo haber aprovechado ese momento para adquirir mayor notoriedad como compositor, pero también sostiene que “las cosas pasan por algo” y no cesa en su trabajo musical: “Soy medio compositor oaxaqueño. Somos siete oficios y 14 necesidades”, dice a EL UNIVERSAL durante la entrevista, a modo de presentación.

Actualmente, tiene más de 100 composiciones, de las cuales 36 han sido grabadas por diferentes artistas y grupos musicales, y de éstas alrededor de 20 fueron usadas por grupos como Roya Musical, que se encuentra en Los Ángeles, California, Estados Unidos. 

También tiene coautorías con Xavier Santos, famosos por sus canciones como "Palabras tristes", "Rosas blancas", "Ni tu amigo ni tu amante", entre otras. Y es miembro de la SACM desde el año 2000.

Mario Salvador Pérez José creció en un entorno musical. Su madre le recuerda que desde niño lo llevaba a los ensayos de una banda de rock en la Ciudad de México; las canciones de su infancia eran de bandas como los Creedence, The Doors, Jimi Hendrix, Heavy Nopal y La Revolución de Emiliano Zapata.

Cuando tenía nueve años de edad se mudó a Santiago Tilantongo, municipio de la región Mixteca de Oaxaca, y de donde era originaria su madre. Ahí cambió completamente su entorno musical, porque ahí se escuchaba música de Los Cuatro Fronterizos y Los Alegres de Terán, un concepto completamente musical. 

“Era un poco de música más fácil de interpretar y la gritabas a medio pulmón en el cerro. Ahí fue donde empecé a intentar a cantar y a tener idea de manera empírica de los tiempos musicales”, recuerda.

Al terminar la primaria, fue becado por el entonces Instituto Nacional Indigenista para estudiar la secundaria en San Juan Bautista Coixtlahuaca, donde el cambio musical era también otro: la música tropical. Pero por problemas entre las autoridades educativas y el instituto, éste lleva a todos sus becarios a la Escuela Tecnológica Agropecuaria (ETA) número 147 en Asunción Nochixtlán, hoy llamada Escuela Secundaria número 147.

Esta institución educativa tenía un grupo de música tropical que tocaba canciones de Rigo Tovar y de Los Sepultureros, conformado por estudiantes y maestros, denominado ETA Ritmo 147, y al cual hizo todo su esfuerzo por ingresar; lo logró, primero como responsable del güiro y después de las tumbas. 

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Así inició formalmente una carrera musical que decidió no dejar nunca, incluso por ella renunció a un salario quincenal seguro, porque a la edad de 28 años y con una plaza en el magisterio, decidió dejar todo para mudarse a la ciudad de Oaxaca, en busca de su sueño.

La gran oportunidad

Un grupo grabó una de sus canciones y fue un éxito. “Apenas me había casado. Ya venía mi primer hijo y me grabó el grupo Carrusel y funcionó en radio. Y me decía un compañero locutor, Pedro Alejandro Ruiz Ceballos: ‘Mira, me gusta tu canción, serás muy buen compositor, pero nadie te va a ir a buscar a tu rancho’. Y dije: ‘¿entonces qué tengo que hacer?’, y me dice: ‘Tienes que venirte a Oaxaca, a donde está el movimiento. De lo contrario no vas a poder avanzar en eso’”.

Esta decisión provocó la ruptura de su primer matrimonio, porque Mario Salvador Pérez durante tres meses estuvo sin trabajo; aunque la primera batalla la libró con su madre, quien le reclamó por dejar su plaza de maestro.

Sobre lo que sigue para él, dice, es continuar en la promoción de su material y de sus canciones. “El sueño de todo compositor es tener éxito, que algunos de tus temas funcionen y que seas reconocido, no solamente en lo local o nacional, sino también internacionalmente.

“Ahí vamos poco a poco. Se siente bonito, no es tanto por lo que te paguen, sino que de pronto te llegan recibos de pago de Japón, de Tailandia, de Australia, por derechos de autor. A veces no es mucho el pago, pero es [la satisfacción] de en dónde está tu canción”, concluye el maestro compositor.

 

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