La joven oaxaqueña combina constantemente su talento artístico con la voluntad de ayudar a los demás, pues quiere que su arte inspire a las personas.
“Siempre he tenido esa inquietud. Me ha llamado desde muy pequeña la atención la pintura, el arte gótico, el renacimiento (…) mi papá es caricaturista y en mi familia muchas personas son afines al dibujo: hay arquitectos, artistas de tatuaje, un poco de todo (…), y yo me dediqué de manera más formal a la plástica”, relata.
Pese a tener una carrera en el arte, asevera que ningún estilo define su trabajo. “Lo único que quiero hacer, porque es lo que me movió en el arte desde niña, es lo que pase por mi mente. (...) Estoy muy contenta experimentando y aprendiendo; definirme, por el momento, no me apremia”, afirma.
Bracamontes Ojeda participa con un cuadro en la exposición colectiva Emociones del alma, junto con 47 artistas oaxaqueños emergentes.
Con su obra Desnudo artístico, participó en la expo-venta en el Congreso de Oaxaca, la cual concluyó el pasado 14 de septiembre y cuyas ganancias serán donadas a la Fundación Sonryee, que apoya a niñas y niños con discapacidad.
La joven comenzó el proceso de esta pieza artística desde hace siete años; cuenta que nació de las enciclopedias de su padre, que podía consultar en la biblioteca de su casa. En ellas se aborda la obra de Rufino Tamayo.
“Cuando la vi por primera vez me impactó mucho y como un homenaje a esa parte de mi vida, en la que pude descubrir el arte, hice Desnudo Artístico. No quiero imitar su estilo ni nada, la obra es más bien un homenaje a esa vivencia”, profundiza.
En el cuadro se aprecia un “hombre-guitarra”. Se llama Desnudo artístico porque quienes se dedican a las artes, como la música, llevan su oficio en la piel, en los huesos, explica la artista, quien aclara que regularmente no realiza tributos a otros autores; en este caso, la inspiración encontró un momento para plasmarse.
En 2017, Bracamontes Ojeda presentó en su muestra individual Sueños de insomnio, una expo-venta colectiva a favor de la niña Danna Paola Santiago Trigueros, quien fue diagnosticada con leucemia. “Afortunadamente hoy está casi libre de la enfermedad”, cuenta. Además, en escalas más pequeñas ha donado obras para otras causas, como campañas proanimales, y hace tres años donó una pintura a la fundación Con Causa, la cual apoya a niños con cáncer.
Para Nahiely, la plástica es un “arma” de difusión que impacta en la sociedad de manera positiva. “Estoy intentando sumar felicidad a las personas. Porque a través del arte la gente empatiza con el ánimo del creador y se suma a las causas”.
“No me apremia tanto el exponer, creo que más importante que eso es seguir creando y perfeccionando lo que uno hace”, agrega la artista, quien realizó actividades durante la pandemia.
En estos días, Nahiely se encuentra trabajando en obras relacionadas con la música en su espacio llamado Pintástica, localizado en la capital oaxaqueña.
Este espacio se enfoca en la exhibición del arte que ella realiza, pero busca consolidarse como un lugar en donde tengan cabida expresiones artísticas y culturales de diferentes creadores.