Pedimento al Señor Rayo, llamado para la buena cosecha que renació entre naciones originarias de Oaxaca
Desde hace 22 años se decidió retomar esta práctica, entre las naciones savi y triqui, para convivir en armonía con la naturaleza y agradecer a la tierra
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Juxtlahuaca.— Entre música de viento, cuetes y una ceremonia solemne en la lengua de cada uno de estos pueblos que habitan en la Mixteca de Oaxaca se llevó a cabo el Pedimento y agradecimiento a Savi (Lluvia) y a Du’huï (Rayo), principales proveedores para las buenas cosechas, en la cosmovisión de las comunidades de esta región.
“Cuando el Rayo sale de esta cueva, retumba el cielo; es el más fuerte de todos y entonces no para de llover. Por eso, le pedimos al Señor Rayo que nos duren las lluvias, que llueva continuamente, pero en armonía, para que nos vaya bien a todos, sobre todo al campo, porque de ahí nos alimentamos”, platica Josefino Martínez, impulsor del Pedimento al Rayo.
Hace 22 años, en una charla entre amigos y vecinos, seis hombres decidieron retomar las prácticas del Pedimento de la lluvia a través del Señor Rayo, para vivir y convivir en armonía con la naturaleza.
Fotos: Juana García
Desde entonces a la fecha, se celebra el Pedimento al Du’huï en Santo Domingo del Estado, habitado por la nación triqui.
Donde nace el rayo
Después de las 3 de la tarde del 25 de abril, las familias de esta comunidad caminan hacia la cima del Cerro de la Palma, en donde está la Huej rua duku’a Du’huï (Cueva del Trueno), para pedir la abundancia de lluvia. En medio de una gran celebración, jóvenes, adultos, mujeres y niños acompañan al maestro de ceremonia, don Isidro Avendaño, quien encabeza el ritual para este año.
Al fondo de la cueva se aprecian manchas de humo en la pared, ahí es donde dicen que nace el rayo. Al frente, Isidro Avendaño comienza a pedir la intervención del Señor del Trueno.
“Él pidió a nombre de todos y todos los pueblos al Señor del Rayo para que llueva bien, para que la lluvia sea abundante, pero que no dañe los cultivos y para que crezca la milpa, del cual dependen las personas; que sea el rayo que cuide al pueblo y a las personas”, dice Sócrates Martínez, pedagogo e impulsor de la educación pluricultural en la nación triqui, quien traduce del tnánj nín’hin al español.
Enseguida, con apoyo del mayordomo, Avendaño deja un gallo como ofrecimiento y al terminar tira huevos sobre distintas partes de la cueva, mientras reza una lista de pedimentos y agradecimiento al Señor Rayo o Trueno. Cuando concluye con los huevos, rocía pulque.
Al terminar la ceremonia, las personas a cargo de la celebración reparten pulque y cervezas a los asistentes, así como los tradicionales tamales de pollo.
En tanto, los integrantes de la banda de viento se turnan con los músicos tradicionales de Santo Domingo del Estado para mantener la música en vivo, mientras las familias conviven.
Minutos más tarde comienza a llover sobre la cueva. Los asistentes, satisfechos con el resultado del ritual, agradecen a la tierra por ser escuchados.
Antes que caiga el anochecer, los invitados y los músicos regresan a la casa del mayordomo, para continuar con la celebración del pedimento.
La familia que estuvo a cargo del Pedimento en la Huej rua duku’a Du’huï agradece a los asistentes e invita a los niños y jóvenes a continuar con este ritual, para convivir en armonía con la naturaleza y cuidarla día tras día.
Ritual contra el cambio clilmático
El Pedimento es una actividad reciente, con apenas 22 años, cuando un grupo de personas retomó el ritual con el fin deconvivir en armonía con el medio ambiente y aminorar los efectos del cambio climático.
“Nuestros ancestros le tenían un gran respeto a los montes, a los animales y toda la naturaleza que nos rodea y por ello hacían estas celebraciones, como una forma de agradecimiento a la tierra, por todo lo que nos da”, explica Josefino Martínez.
Las celebraciones a la lluvia se extienden a lo largo de la región de la Mixteca de Oaxaca, principalmente en los municipios de Santiago Juxtlahuaca, Tlaxiaco, San Juan Mixtepec, Santo Reyes Tepejillo, Coicoyán de las Flores, Putla de Guerrero entre otros.
El Pedimento de la lluvia es una práctica anual para muchas comunidades de las naciones savi y triqui, en donde algunos comienzan con las festividades a finales de marzo y concluyen hasta el 15 de mayo.
Por ejemplo, en el barrio de Santo Domingo del municipio de Santiago Juxtlahuaca, las personas realizaron el Pedimento durante los días 31 de marzo y 1 de abril.
Entre el misticismo a orilla de un río, donde está la Ve ‘e Savi (Casa de la Lluvia), ofrecieron un chivo en agradecimiento a sus peticiones para las buenas lluvias y las buenas cosechas, en favor de los campesinos.
Así, entre danzas, cuetes, música de viento y convivencia, se desarrolla esta celebración con la Madre Tierra entre los pueblos de las naciones savi y triqui en la Mixteca, en la que las familias pueden atestiguar lluvias después de una ceremonia peculiar.