Si los dioses tuvieran su propia bebida, esta sería el popo, que se elabora tradicionalmente en la región de la Cuenca de Papaloapan, en los estados de Oaxaca y Veracruz.
Sus principales ingredientes son el cacao, el azquiote, el arroz y la canela, que crean una consistencia exquisita y espumosa.
Su característico y exótico nombre viene del náhuatl “popoctl”, que se traduce como “cosa que humea”, haciendo referencia a sus pequeñas y múltiples burbujas.
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La bebida se consume fría y se consume principalmente en las comunidades prehispánicas de los huahuas, zoque-popolucas, mazatecos, chinantecos y mixes-popolucas.
Hoy en día, esta bebida espumosa y deliciosa está presente en celebraciones como cumpleaños, bautizos, fiestas patronales y otros festejos.
El Popo no tiene un sabor dulce como muchos pensarían, ya que en realidad tiene tonos intensos y amargos que provienen del cacao (rojo o pinto) puro, que se complementan con matices tostados y terrosos del maíz.
Cada sorbo se combina con la espuma ligera y un sutil aroma floral, que envuelve los sentidos.
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Aunque se puede modificar la receta original, la gente de la comunidad prefiere conservar su sabor y carácter ritual ancestral.
Otra característica de esta bebida, y que viene de los rituales ancestrales, es que se toma en jícaras pintadas con flores o figuras decorativas, que mantienen el líquido fresco.
El Popo es originario de San Felipe Jalapa de Díaz, Oaxaca. En esta comunidad se encuentran varios negocios de personas expertas en su elaboración.
Una de las leyendas que se cuenta en el pueblo es que si se te antoja la bebida debes tomarla, porque si no, te saldrán pequeños granitos en la boca. La única forma de quitarlos es untándose popo para hacerlos desaparecer.
¿Has probado el popo o te gustaría hacerlo?