En Oaxaca, el chocolate no se disuelve en leche sino en agua e historia. Aquí no se usa la receta europea cremosa, sino que se prepara de manera ancestral: el chocolate con agua espumosos como lo realizaban los pueblos originarios.
Los oaxaqueños sirven con orgullo esta deliciosa bebida, que sigue perdurando hasta el día de hoy como herencia.
Primero de debe calentar agua hasta el punto de ebullición, lo ideal es que esté muy caliente, pero no que hierva porque podría quemar el sabor del cacao.
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Después coloca las tablillas de chocolate o el cacao en una olla o jarra que resista el calor. Añade el agua caliente y deja que el chocolate se ablande unos minutos hasta que se haga una mezcla espesa. Puedes agregar canela.
Luego, este paso es clave, se sostiene entre las palmas el molinillo y se debe frotar rápidamente hacia adelante y hacia atrás. Esto disuelve el chocolate y crea la espuma característica de esta bebida.
Se sirve caliente y espumoso, acompañado a menudo de pan de yema o tamales.
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Las civilizaciones mesoamericanas, como los zapotecas y mixtecos, ya preparaban esta bebida a base de cacao con agua, pero le agregaban chile, maíz o especias. En ese entonces no usaban leche porque fue introducida por los colonizadores.
El cacao era una bebida ritual de dichas culturas, por lo que el agua también tenía su importancia simbólica: era el medio natural para ofrecerlo a los dioses o compartirlo en ceremonias importantes y se le daba una connotación con lo sagrado y lo comunitario.
Esta tradición sigue viva hoy en día, porque para su preparación se sigue usando agua en vez de leche, como huella de la identidad de estas civilizaciones y del pueblo actual oaxaqueño.
¿Y tú conoces otro modo de preparación del chocolate con agua?