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Para su exhibición se creó un ambiente en particular, pues se trata de la proyección de diapositivas fotográficas, a través de un proyector, manipulado por el artista para este fin.
Mariana explica que Michael encontró las fotos de los pavorreales y las manipuló digitalmente, a fin de presentar las fotografías finales que se exhiben, a través de un proyector cuyo cerebro fue modificado. Las diapositivas están randomizadas, por lo que no existe un control de la secuencia, pero se creó un ambiente sonoro, para complementar la experiencia.
“El tema es la historia perdida y falsa, porque ninguna de las piezas son originales, pero nosotros queríamos hacer énfasis de cómo en la memoria, como forma de defensa, cuando no puedes recordar algo, lo inventas, esa es la premisa de esta exposición”, acota.
La instalación también recuerda a los ambientes familiares en los que, en el pasado, las personas se sentaban a ver fotografías en los proyectores en sus casas.
Michael es de Oakland y aunque tiene ascendencia mexicana, su estadía en el país no es permanente. Anteriormente, ha expuesto su obra, caracterizada por su contenido social, en espacios como el Instituto de Artes Gráficas de Oaxaca (IAGO).
De su lado, Mariana es gestora cultural y ha planeado y curado exposiciones en un proyecto personal, por lo que, al ver la convocatoria de Córdoba Lab, buscó a Michael para hacer sinergia y posibilitar la exposición que está disponible de 10:00 a 19:00 horas en la sala de exposiciones de este espacio.