Hoy, a sus 27 años, da sus primeros pasos hacia la meta de convertirse en campeón del mundo en el boxeo profesional.
Sus primeros años transcurrieron con normalidad, pero Sergio siempre tuvo presente el ejemplo de su padre, Sergio Chirino, quien fuera campeón estatal de boxeo en Chiapas. Apasionado por el pugilismo desde niño, Chirino Jr. comenzó su carrera en el ring a los siete años, recuerda en entrevista con EL UNIVERSAL.
“En ese momento, a Oaxaca no lo respetaban en el boxeo, yo sufría bullying por ser oaxaqueño y representar un lugar donde no había nivel en ese deporte para competir a nivel nacional. Desde entonces, se convirtió en mi objetivo hacer que respetaran a mi estado”, declara.
En 2008, recuerda, cosechó medallas de plata y de bronce, de la mano de su padre, quien desde el inicio de su carrera es su entrenador y se convirtió en un referente en el pugilismo, así como el gimnasio que dirige.
Con un lugar ganado en la selección, tras haber enfrentado dificultades económicas, Sergio recuerda que desde el inicio de su carrera costeó todos sus gastos con el apoyo de su familia.
Permaneció cuatro años en el Comité Olímpico Mexicano y a la par de ello, culminó sus estudios como entrenador de Educación Física.
Después de haber luchado por cada uno de sus logros, en Santiago de Chile participó en su primer evento internacional, el campeonato intercontinental de box, de donde trajo la presea plateada.
Sergio hace una pausa y reflexiona: “Nunca he recibido apoyo oficial”. Fue en 2016 cuando asistió al preolímpico en Argentina, rumbo a las Olimpiadas de Río de Janeiro. Ahí, formaron a los aspirantes por distintas categorías, Sergio en la de 56 kilos y sin importar las capacidades o potencial, los peleadores que iban por el sueño olímpico, fueron designados “por dedazo”.
Sergio recuerda que el argumento que le expuso el equipo fue la falta de recursos en la entidad. “Dicen que no hay dinero”, le dijeron. Frustrado, el boxeador oaxaqueño desahogó su sentir en las redes sociales y después fue a dormir. Al día siguiente, después de su entrenamiento, supo que la gente de Oaxaca se organizó para reunir el dinero necesario para que pudiera asistir.
“Mis papás se fueron a los semáforos a botear, yo tenía que juntar 190 mil pesos en un día. Hubo gente que me apoyó con 500, con 50… algunos diputados y empresarios, que hasta la fecha quisiera saber quiénes fueron, se sumaron y pude juntar el dinero…”, recuerda.
“Desde ese momento, siento que tengo un compromiso con la gente, con Oaxaca, toda la gente que está en mi equipo, es porque cree en el proyecto. Gracias a la gente, no al gobierno, ni al instituto del deporte, fui al preolímpico en Argentina”, sostiene.
Sin embargo, fue en ese país sudamericano, tras enfrentar al contendiente local, cuando Chirino fue derrotado por un punto. Su sueño se nubló momentáneamente, pero su entrenador, Francisco Bonilla, quien fue preparador de la selección por 27 años, le dio la fortaleza necesaria para continuar su camino.
“Estoy orgulloso del camino recorrido y de representar con orgullo y con la frente en alto a Oaxaca”, señala el atleta, quien además brinda conferencias en escuelas de nivel básico y medio superior, donde comparte su historia y su sueño de ser el mejor del mundo.
Este 4 de diciembre, Chirino Jr. se medirá en el ring con el boxeador filipino Alie Laurie en una pelea que tendrá lugar en el palenque de León, Guanajuato; sin embargo, confiesa que el campeonato quisiera disputarlo en Oaxaca y una vez logrado su objetivo, apoyar a los atletas que no reciben respaldo oficial.