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Todos ellos están interesados en aprender la lengua que hablan sus padres. “Ha sido algo difícil dar clases de manera virtual ya que usar la tecnología y preparar material ha sido gracias al apoyo de mis hijas y algunos alumnos que me han apoyado y se han interesado en continuar el aprendizaje del “dill xhon”, expresa la docente, quien decidió enseñar zapoteco, una lengua que de acuerdo con datos del Inegi es hablada por 9 mil 392 personas en la Ciudad de México.
Foto: Cortesía
Pasaron varios años para que surgiera su inquietud de aprender a escribir el zapoteco “Fue en una reunión en la asociación de Yalaltecos radicados en la Ciudad de México que cuestione ¿qué va a pasar con la lengua?” Fue un linguista de la Sierra Norte,Filemón Beltrán, quien la apoyó en el aprendizaje de la escritura y la invitó a desarrollar un libro cartonero durante un año, con historias de su comunidad.
Foto: Cortesía.
A la par del libro, también impartían clases de zapoteco en Cuautepec Barrio Alto, en la zona norte de la CDMX, donde se concentran migrantes yalaltecos. Fue así como en 2016 surgió la oportunidad de realizar cápsulas radiofónicas en su lengua materna, en el Instituto Mexicano de la Radio (IMER), sin conocimientos previos de radio pero con la convicción de compartir la lengua zapoteca.
A la par de estos esfuerzos, nació el colectivo Wased Xtillchho, “enseñanza de la lengua”, con el que se invitó a algunos hablantes a participar, que en su mayoría son mujeres quienes además prestaron su voz para realizar 365 cápsulas radiofónicas en conjunto con Ávido Desarrollo Humano A.C.
Foto: Cortesía
Para la maestra Ana es importante compartir la palabra, por lo cual sigue creando diversos materiales desde rompecabezas del cuerpo humano, material para aprender el “abechedario” y su segundo libro “Kan batnha”. Lo cual se suma a la labor que realiza desde hace unos años, que incluyen adaptaciones de canciones al zapoteco de Yalalag con el permiso de los autores.
Foto: Cortesía
Uno de los principales objetivos de la maestra y el colectivo es seguir transmitiendo la lengua zapoteca a los jóvenes y nuevas generaciones ya que “son los que van a atesorar mi lengua y quiero que alguien lo aprenda para que enseñen a futuras generaciones. Dejemos la vergüenza a un lado, los abuelos utilizaron la lengua para la cosecha y las fiestas, para agradecer, por lo cual debemos seguirla preservando”. ”No solo se debe recordar que existen las lenguas maternas en esta fecha, debe ser siempre, debemos recordar que la lengua también es parte de la cultura”, dice la maestra.
Graciela Fabián, una profesional de la educación quien actualmente vive en la Ciudad de México y quién solo entendía el zapoteco, ya que la escuchó desde el vientre materno y hasta los once años, es una de la alumnas que busca recuperar la lengua con las clases y esfuerzos de la maestra Ana, luego de 44 años de no escucharla cotidianamente.
“Vale la pena invertir el tiempo en el aprendizaje, es una ventana de entender el mundo y en específico de la vida en zapoteco. Es un trabajo impresionante el que realiza la maestra Ana Chino”, dice convencida.
Foto: Cortesía
Actualmente se encuentra dedicada a la creación de nuevos materiales y en colectivo se reúnen vía zoom para compartir experiencias, sugerencias y reflexiones en torno a la lengua zapoteca. En su mayoría, los integrantes del colectivo que realizan estas discusiones tienen entre 55 a 70 años.