De la misma manera que sucede en el caso de los moles, del pan o de las salsas, cada región tiene sus formas que aportan variedad a la preparación e ingredientes de los alimentos tradicionales.
En la capital del estado los más comunes son los de mole en hoja de plátano; los de chepil, una hierba de con un sabor muy característico; los de mole amarillo con pollo o con res; los de frijol con hoja de aguacate o de conejo; y el pilón que nunca falta en un pedido: los de dulce que suelen ser rosas y rellenos de pasas.
Sin que el orden sea un indicador de la calidad, porque cada uno tiene lo suyo, te recomendamos cinco lugares en la ciudad de Oaxaca en donde puedes darte un buen bocado con tradición.
Una de las delicias gastronómicas nocturnas del Centro Histórico de la ciudad se encuentra a una simple cuadra del Zócalo y la Alameda de León. Los tamales Mina son ampliamente conocidos por los locales, aunque al contrario de la tradición matutina de este alimento, la venta comienza alrededor de 19:30 horas. El dato: no llegues tan tarde, porque vuelan.
Con una infinidad de comedores listos para ofrecer una amplia variedad de las delicias culinarias de esta tierra, en el Mercado 20 de Noviembre está la oportunidad de sentarte a disfrutar de un tamalito junto con su respectivo chocolate, atole o champurrado y el siempre bienvenido pan de yema.
Quizá un poco austeros pero siempre confiables, disponibles y a buen precio, las tamaleras de este mercado siempre tendrán a la mano una salsa bien preparada para los tamales de chepil y de frijol, que se pueden ir comiendo o llevarse a casa. El pasillo en donde se colocan tiene salida a la calle de Miguel Cabrera.