Tejate, sabores, conocimiento y una forma de vida que se hereda entre mujeres de Oaxaca
Para madres e hijas de San Andrés Huayapam el valor de esta bebida va más allá de su receta ancestral, son saberes que se transmite entre generaciones
Huayapam.— La primera vez que Juana García Ruiz hizo tejate, el miedo se apoderó de todo su cuerpo. Entonces tenía 12 años y su principal temor era que la flor, espuma que caracteriza a la bebida, no brotara mientras con las manos batía con fuerza la masa de maíz y cacao.
“Cuando ya me salía, me sentía a gusto vendiendo, porque cuando no nacía [la flor], quedaba decaída, pensando que a la gente no le iba a gustar”, comparte esta mujer de 58 años, quien desde entonces ha pasado la vida entre el tostado, los ingredientes y su batida a mano.
Juana lleva más de 35 años vendiendo tejate en el Mercado Zonal de Santa Rosa Panzacola, en la ciudad de Oaxaca, y es una de los primeras tejateras que inició con la Unión de Mujeres Productoras del Tejate, que este año cumple 23 años de vida y el domingo protagoniza el regreso de la Feria del Tejate de San Andrés Huayapam, con su edición 21, luego de tres años de ausencia a causa de la pandemia de Covid-19.
Originaria de esta comunidad en los valles centrales de Oaxaca, el tejate es una bebida prehispánica que nace de la mezcla del maíz y el cacao con otros ingredientes como la semilla de mamey y una flor endémica de Huayapam denominada rosita, ingredientes que se tuestan en el comal para posteriormente molerse y batirse en frío, hasta que brota la espuma que la caracteriza.
Foto: Mario Arturo Martínez
Juana y su hija Liliana coinciden en que en los últimos años el tejate, al igual que otras recetas tradicionales de Oaxaca, ha experimentado una revalorización y cada vez es más conocida en el estado, y ello se observa a través de dos fenómenos: que cada vez hay más productoras, incluso que no son originarias de esta comunidad, y que la bebida ya es consumida y solicitada por extranjeros.
“Anteriormente eran muy pocas las personas que vendían, se ha incrementado mucho a partir de que se le ha dado más difusión para que sea más conocido. Ahora más gente extranjera lo consume, ya se ha dado a conocer, ya rebasó”, cuentan madre e hija.
Para ambas, que el tejate sea cada vez más conocido es una noticia que debe celabrarse, pues se trata de la actividad que por generaciones ha sacado adelante a las familias de San Andrés Huayapam, así como su preparación es un conocimiento que se ha heredado de generación en generación, principalmente de madres a hijas.
En el caso de la famillia Ruiz García, ya son cuatro las generaciones que han vivido del tejate y que conservan como herencia su preparación, pues la madre de Juana se lo inculcó, algo que ella hizo con su hija Liliana y que ahora ella le transmite a su propia hija.
Foto: Mario Arturo Martínez
“Este es el trabajo aquí en la comunidad, es lo que nosotras hacemos, entonces nuestras hijas, las nuevas generaciones, van aprendiendo y también van vendiendo, y así es como se ha extendido”, cuenta Juana.
Es por esa razón que ambas celebran el regreso de la feria, la participación de 120 productoras y la organización de la unión de mujeres, de la que Juana formó parte desde sus inicios.
“Cuando inició, porque somos de las que iniciamos, si mucho éramos 30, ahora son más de 100. La unión nació porque decidimos organizarnos para dar a conocer más el producto, porque es una entrada económica para nosotros. Al darlo a conocer, se incrementaba nuestra economía”, recuerda.
Según madre e hija, la elaboración del tejare es un proceso que requiere paciencia. Un primer día de preparación, por ejemplo, se dedica completamente a cocer el maíz y tostar el cacao, la semilla de mamey y la rosita. para que al otro día esté lista la masa y posteriormente batirlo.
Foto: Mario Arturo Martínez
Defensa del origen
Margarita Isabel García Pacheco, presidenta de la unión de mujeres, explica en entrevista con EL UNIVERSAL que en los años previos a la pandemia de Covid-19 este la Feria del Tejate congregó a más de 60 mil personas, sin contar a niños y personas de la tercer edad, quienes degustaron esta tradicional bebida que actualmente vive una gran aceptación entre el turismo internacional.
Para la edición 21 de este evento, que se realizaba todos los años el Domingo de Ramos, hasta antes de la pandemia, se contempla la participación de 120 mujeres productoras, quienes ofertarán esta bebida tanto en su receta original como en variedades como el tejate de coco, así como productos derivados como galletas, nieve, nicoatole, panes, panques e incluso cremas de mezcal sabor tejate.
Foto: Mario Arturo Martínez
“Participaran 120 mujeres de la Unión de Productoras de Tejate, pero también los habitantes que no son integrantes se suman a la feria instalando su puesto afuera de su casa o en las calles principales”, dice la presidenta de la organización.
Además, los visitantes también podrán degustar platillos tradicionales de San Andrés Huayapam como el chichilo, las empanadas de amarillo y verde y la barbacoa.
García Pacheco abundó que como productoras siguen trabajando en conseguir la denominación de origen del tejate para su comunidad, labor que se detuvo por la pandemia, pues aunque celebran la difusión que tiene la bebida saben que deben protegerla, pues por ingredientes endémicos de la comunidad, como la rosita de cacao, la bebida tradicional sólo es originaria de Huayapam.
“La muestra es nuestro árbol, que es endémico. Sólo en San Andrés Huayapam se da la rosita de cacao, que es el ingrediente esencial del tejate y le da su sabor auténtico”, expresa.