Vuelve el Festival que Viva y Reviva el Son a la Cuenca de Oaxaca, tras 10 años de ausencia

El festival es un contrapeso a los discursos de la política etnocentrista que impusieron “Flor de Piña”, pues en Tuxtepec mucha gente se identifica negra y jarocha, dice experto

Vuelve el Festival que Viva y Reviva el Son a la Cuenca de Oaxaca, tras 10 años de ausencia. Foto: Antonio Mundaca
Más de Oaxaca 31/03/2023 16:11 Antonio Mundaca Actualizada 16:11

Tuxtepec.- El Festival que Viva y Reviva el Son regresa a Tuxtepec tras 10 años de ausencia, como una reivindicación a la afrodescendencia con fandangos y fiestas populares a la orilla del río dan identidad al municipio cuenqueño, desde hace al menos 100 años, como centro espiritual de la cultura sotaventina.

Santiago Méndez Agama, director de Bienestar del gobierno municipal, informó que el festival inicia este 31 de marzo y continúa durante el 1 y 2 de abril, por lo que será el preámbulo a las Fiestas de la Ciudad. 

Para Shakyamuni Chavarro Russell, investigador de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) y gestor de la cultura jarocha en Oaxaca, el festival es un contrapeso popular a los discursos de la política etnocentrista que impusieron “Flor de Piña” para suplantar la esencia jarocha de la Cuenca del Papaloapan.

“Hay mucha gente en Tuxtepec que no se identifica como indígena, se identifica como negra, se identifica como jarocha, como era Tuxtepec hace 50 años, como eran los abuelos y esta celebración tiene un arraigo distinto porque fomenta la versada, la historia jarocha antes de que los institutos de cultura oficiales impusieran un discurso que no tenía nada que ver con lo que somos los tuxtepecanos”, aseguró el director de la Tallera Colectiva. 

Chavarro Russel afirmó que fue posible poner en escena el festival porque los impulsores de “Flor de Piña”, al que se le destina casi todo el presupuesto cultural, “ya no ven el son jarocho como una amenaza”.

Agregó que aunque no les guste o les moleste, están aprendiendo a entender que la cultura sotaventina es más antigua y ahora pueden convivir ambas tradiciones, sobre todo por la presencia de “neojarochos”, jóvenes preocupados por volver al origen cultural de Tuxtepec ligado al río y al son.

“Hay testimonios fotográficos y en crónicas que hemos recuperado donde hace 95 años en Tuxtepec la cotidianidad de las fiestas populares era la comunidad jarocha, la vestimenta, la música, todo en algún momento cambió cuando les fueron rechazados los sones en la Guelaguetza y se tuvo que inventar un baile por órdenes de un gobernador”. 

En el marco del festival, se entregará el Premio Elías Meléndez, que reconocerá a una figura pública cuya trayectoria esté ligada a conservar la cultura tuxtepecana jarocha, un ejercicio de conservación de la memoria que lleva el nombre del jaranero más importante en la cultura popular local.

En el festival tuxtepecano también habrá exposiciones fotográficas, talleres infantiles y juveniles de zapateado en tarima y jarana, programas de resultados del desarrollo del sotavento, conversatorios sobre décima en el sotavento oaxaqueño y el son jarocho como identidad tuxtepecana, presentación de grupos de son jarocho originarios de la Cuenca del Papaloapan, presentación colectiva de versadores y cerrará con un fandango frente al museo Casa Verde de Tuxtepec.

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