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Isabel pone sobre la masa revuelta carne de cerdo y de pollo deshebrado. La salsa tiene el hervor el rojo del chile chipotle y el guajillo mezclado con el ajo. Mientras hierve, la salsa se torna rojo intenso e Isabel quita los grumos de la masa blanca que extiende nítidamente por la mesa, entre sus manos.


En esas fechas los pueblos chinantecos y mazatecos lo ofrendan en los altares de la Cuenca oaxaqueña, por eso también es más fácil conseguir los tamales previo a las fiestas de La Candelaria. Después de esos seis meses, el tamal de yuca se convierte en un platillo difícil de conseguir, que se hace sólo por pedidos o en lugares apartados, donde abunda el agua.
Oaxaca es un lugar característico por su comida a nivel mundial, y es de los estados que más aportan en el país. En el caso de la comida de la Cuenca ésta tiene grandes influencias del afromestizaje, señaló el historiador sotaventino Tomás García Hernández. Pese a ello, la costumbre de hacer tamales es más prehispánica que africana, ya que el tamal se hacía como un ofrecimiento a los dioses y en el arranque de los calendarios prehispánicos donde se envolvía masa de maíz” dic el historiador.

En Tuxtepec la tradición del consumo de yuca data de principios del siglo pasado, cuando en la década de los años 20, en la zona junto al río donde se instaló la compañía cervecera, primero hubo una procesadora industrial conocida como El Yucal que por 20 años se encargó de convertir la yuca en harina. Con el paso del tiempo la tradición se volvió a los pueblos de las altas montañas.

A diferencia del tamal jarocho o la chancleta que es una masa sin relleno, tradicional en la frontera de Oaxaca y Veracruz , donde la variedad de tamales, incluidos los de elote, van envueltos en hojas de plátano; el tamal de yuca lo cocinan en hojas de pozol, una hoja verde oscuro que se extiende un metro y medio de largo, y preferentemente usan para este tipo de tamales, o el pilte, o los tamales de masa mantecada con pescado.
A un siglo de la extinción de El Yucal, Isabel , junto a otras mujeres mazatecas y chinantecas, bajan al centro urbano de Tuxtepec y ofertan los tamales junto a las tortillas de yuca en la estación de autobuses, el mercado central o en la avenida 18 de marzo, una calle donde todo el año se venden tamales chilosos con hierba santa y jarochos con masa de elote gigante.