Bici-ambulancias: Paramédicos agilizan ayuda entre bloqueos y el tránsito de la ciudad de Oaxaca

A partir de un modelo de éxito en África, y tras haber quedado atrapados en el tráfico capitalino, dos jóvenes crearon las unidades Bravo Alpha, equipadas para brindar atención en un tiempo de reacción de máximo 10 minutos

Bici-ambulancias: Paramédicos agilizan ayuda entre bloqueos y el tránsito de la ciudad de Oaxaca
Fotos: Mario Arturo Martínez / EL UNIVERSAL
Metrópoli 15/01/2021 11:44 Mario Arturo Martínez Actualizada 11:48

Oaxaca de Juárez.— Los paramédicos Judith Treviño y Felipe Salinas conducen su ambulancia en medio de una manifestación y el tráfico de la ciudad de Oaxaca. Van tan rápido como pueden. A su paso las calles se cierran una a una repletas de vehículos; logran pasar uno de los cruceros viales, pero de un momento a otro ven cómo un autobús atraviesa la avenida: ya era tarde, el camino estaba bloqueado.

Ambos piensan en dar vuelta y regresar. Imposible.  El sonido estridente de la sirena de la ambulancia en la que viajan no es suficiente para abrirse paso. Están atrapados en medio de un bloqueo carretero, tan comunes en la ciudad capital.  Llevan a un paciente grave, pero no por ello los manifestantes acceden a permitir el paso.

Judith y Felipe deciden detenerse por completo, abrir las puertas de la ambulancia y mostrarles a los manifestantes  el estado del paciente; finalmente, les abren paso.

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Ese día, estos paramédicos concibieron la idea de un modelo alternativo de atención prehospitalaria, un transporte que pudiera pasar a través de los constantes bloqueos de la ciudad y el tráfico cotidiano. La mejor solución: la bicicleta.

Desde entonces, Judith y Felipe trabajaron en la creación de las unidades Bravo Alpha, las cuales son dos bici-ambulancias totalmente equipadas para prestar servicio de atención prehospitalaria; trabajan en binomio: una bicicleta lleva el equipo de traumatología y otra el equipo de vía aérea. Ambas forman parte de la Asociación Civil Brigada de Rescate y Salvamento de Oaxaca (BRYSO).

El concepto de una bici-ambulancia lo retomaron de un modelo de éxito en el continente africano. Para crear el primer binomio compraron la bicicleta más económica que pudieron, una de montaña de gama baja, y reacondicionaron una antigua bicicleta tipo Vagabundo que pertenecía a Judith.

A estas unidades las llamaron Bravo Alpha, nombre que establecieron con las letras del alfabeto numérico que corresponden  a la B de bicicleta (Bravo) y  A de ambulancia (Alpha).

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El resultado habla por sí mismo. El tiempo de reacción de estas unidades es de 10 minutos máximo, contando a partir del momento en el que el sistema de emergencias 911 les solicita el servicio; en comparación, una ambulancia tradicional  tarda entre 20 y 30 minutos en llegar al sitio de auxilio, según el tráfico vehicular.

En promedio, cada operador recorre 15 kilómetros diarios a bordo de sus unidades Bravo Alpha, cargando en su  bicicleta  aproximadamente 30 kilogramos de peso en equipo. Ambas cuentan con material especializado como: sueros, resucitador Ambu (bolsa, válvula, mascarilla), férulas moldeables, collarines cervicales y oxígeno.

Incluso, cuentan con un desfibrilador, lo que convierte al área de servicio de las  Bravo Alpha en una zona “cardioprotegida”. Esto quiere decir que todo el personal está entrenado en el manejo avanzado de reanimación cardiopulmonar, manejo de carro rojo y tienen capacitación en arritmias letales.

“Esta atención es únicamente dada en una ambulancia de terapia intensiva o en sala de urgencias de choque, pero nosotros ya lo hacemos en la calle y eso nos ha puesto a nivel de los grupos de atención de urgencias de primer mundo”, asegura Felipe.

“Llegamos, atendemos, estabilizamos; si no necesita ambulancia se le dan recomendaciones y nos retiramos. Se ahorra combustible, contaminación y, sobre todo, reducimos tiempo de respuesta”, agrega Judith.

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En caso de que la persona necesite un traslado en una ambulancia de motor dan aviso al  911, pero ese tiempo, explican, no es perdido, porque  ya está actuando Bravo Alpha. “A lo mejor la ambulancia tarda  30 minutos en llegar, pero la persona ya está siendo atendida”, detalla Judith.

El 28 de octubre de 2017, después de muchas horas de trabajo, el primer binomio de bici-ambulancias estaba listo y equipado. Los paramédicos se reportaron al 911 como usualmente lo hacían, y  a las 19:00 horas recibieron el primer llamado de auxilio.

“Cuando llegamos, empezamos a dar la atención, sacamos todo el equipo y el oficial que se encontraba ahí volteó y miró las bicicletas. No entendía lo que estaba sucediendo, porque  traían luces y sirenas, pero no captaba, él esperaba ver a lo mejor una motocicleta u otra cosa”, recuerda Felipe.

Con el tiempo la bicicleta Vagabundo fue dada de baja con honores y tuvieron la oportunidad de adquirir una nueva bicicleta electroasistida, lo cual les permite aminorar la carga del equipo en subidas pronunciadas.

Al ser un equipo de servicio voluntario no cuentan con ingresos fijos. Para financiar el equipo y los materiales necesarios se valen de donaciones económicas o en especie, y en ocasiones también realizan boteos, pues todos los  servicios que brindan son gratuitos. “Bravo Alpha es gracias al apoyo de la gente”, dice Judith. “Sobre todo, se mantiene por el buen corazón del ciudadano”, recalca Felipe.

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Capacitación de paramédicos

Además de recorrer el Centro Histórico de Oaxaca dando atención en las unidades Bravo Alpha, los paramédicos también imparten capacitación en primeros auxilios y atención pre-hospitalaria a través del Centro Nacional de Capacitación en Emergencia.

Como parte de esta iniciativa de enseñanza, durante  2019 se vincularon con el programa federal Jóvenes Construyendo el Futuro y capacitaron a 40 de ellos durante un año para convertirse en técnicos en atención médica prehospitalaria. De ellos,  actualmente 28 se encuentran laborando en trabajos afines a su formación.

Cristian Daniel Pérez Castro, quien fue beneficiario de este programa, recuerda que, como él, la mayoría no tenían conocimientos previos en medicina o primeros auxilios. Por eso le da satisfacción poner en práctica todo lo aprendido, ahora como voluntario de las unidades Bravo Alpha.

“Tengo la teoría, quiero seguir la práctica; quiero seguir con esto y sólo en la calle viendo y haciendo voy a aprender, por esa razón me quedé como voluntario. Le he agarrado amor a esto, y cariño a Judith y a Felipe, por eso estoy aquí”, afirma.

Innovar y reinventarse es una constante en el binomio, y en 2020 no fue la excepción,  pues por la pandemia de   Covid-19 los obligó a buscar nuevas formas y alternativas para poder brindar servicio a personas contagiadas minimizando los riesgos.

“Fuimos el único grupo que salía a apoyar durante la pandemia, porque equipamos una de nuestras bicicletas, traemos trajes tyvek, incluso la capsula. Salíamos con aspersores para desinfectar la zona y hacer el servicio de urgencia de Covid”, apunta Felipe.

Debido a los altos costos de una cápsula de aislamiento, ellos crearon  una con hule cristal y cinta americana en la que invirtieron mil 500 pesos.

A pesar de que el trabajo que realizan es en beneficio de  la sociedad, Judith y Felipe se enfrentan diariamente a diversos retos: automovilistas que no ceden el paso, falta de ciclovías y conflictos con el ayuntamiento de Oaxaca de Juárez.

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Recientemente, además,  enfrentaron el robo de gran parte de su equipo, pues el 20 de diciembre la ambulancia de motor de BRYSO fue saqueada. Robaron la sirena y tanques de oxígeno portátiles  de las unidades Bravo Alpha, así como botiquines  equipados con baumanómetro, estetoscopio, glucómetro, oxímetro y termómetro infrarrojo, entre otras cosas.

Para recuperar  lo robado, Judith y Felipe organizan una rifa y venden algunos productos desinfectantes. Saben que será difícil recuperarlo, pero se mantienen optimistas.

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