Así se ha hecho desde entonces, reproduciendo con papel ilustrado de ladrillos el pozo y, en algunos casos, con personas representando a Jesús y a la mujer que le dio de beber.
Pero en esta ocasión, a través de las redes sociales, ayuntamientos y comercios de la iniciativa privada hicieron un llamado para que los asistentes acudieran con su propio vaso de plástico o vidrio, a fin de evitar generar desechos de plástico o unicel.
En septiembre del año pasado, una disposición municipal decretó la prohibición de usar artículos desechables en todos los establecimientos expendedores de comida y bebidas de la ciudad de Oaxaca.
La iniciativa explica que tanto el unicel como el poliestileno, no son materiales reciclables y causan daño al medio ambiente.
En el Centro Histórico de la capital, la fiesta comenzó antes del mediodía y duró varias horas, mientras las aguas de sabores como chilacayota, horchata, tamarindo y jamaica, al igual que las nieves de sabores, el tejate y los dulces regionales se agotaban ante la presencia de cientos de personas que con vasos en mano se sumaron a una tradición única.
A las 12:00 horas, el Arzobispo de Antequera, Pedro Vásquez Villalobos, ofreció una homilía por este motivo, en que hubo una representación del pasaje de la Samaritana.