Zaachila a un mes: las otras víctimas

Luego del desalojo que sufrieron el pasado 3 de julio, 300 familias viven desplazadas en el zócalo de la capital del estado

Foto: Ismael García / EL UNIVERSAL
Metrópoli 31/07/2017 10:43 Yuridiana Sosa Oaxaca Actualizada 12:45

La morena mujer no aguanta su dolor y le resbalan las lágrimas. “Nosotros no tenemos la culpa de vivir ahí, nos vendieron un terreno para vivir, lo estábamos pagando. Cuando llegó esa gente con armas de fuego, dispararon, quemaron nuestras casas, nos querían matar; como pude agarré a mis dos hijos y salimos corriendo al monte. Ahora no tenemos dónde vivir”.

Eso cuenta “Dolores”, una madre de familia que fue víctima del incendio de viviendas ocurrido el 3 de julio pasado, hace casi un mes, presuntamente por parte de pobladores de la agencia Vicente Guerrero, de la Villa de Zaachila. Todo porque pertenecían al Frente Popular “14 de Junio”.

Alrededor de 300 familias se mantienen desde la noche de ese lunes en el zócalo de la ciudad de Oaxaca, donde duermen, cuidan a sus hijos, unos 300 menores; se asean como pueden, cocinan y claman justicia. Las jardineras son sus viviendas.

Arde patrimonio

Desde el cerro de la colonia Che Guevara, "Dolores" veía arder su casa y la de sus vecinos de la Francisco Villa, en la parte al oriente del municipio de la Villa de Zaachila; en manos de los habitantes de la Vicente Guerrero quedó incinerado su patrimonio.

Ataviada en desgastadas prendas regaladas por la ciudadanía, la mujer envuelta en llanto recuerda la tragedia que sufrió hace varias semanas y por la que ahora vive una pesadilla, pasando sus días y noches en el zócalo junto a sus dos pequeñas hijas.

"Mamá yo quiero ir a casa, ¿pero verdad que ya no tenemos porque la quemaron?", son las palabras que su pequeña de seis años le repite a su madre, a quien invade la impotencia por no poder ofrecerle un nicho tibio a su familia.

Frente al Palacio de Gobierno, ella detalla que la tranquilidad en su colonia se rompió con el estallido de los cohetones y balazos alrededor de las ocho de la mañana de ese 3 de julio.

"Corrimos lo más que pudimos, para arriba del cerro, desde ahí veíamos como todo se quemaba", explica “Dolores”, quien desde hace tres años pagaba mensualmente mil pesos por un terreno de 200 metros cuadrados, supuestamente vendido por la organización “14 de Junio”, por 45 mil pesos, pese a no ser propiedad privada.

Cientos, los defraudados

“Dolores” es una vendedora ambulante de chapulines en la capital. Dice que compró con su marido el terreno por la promesa del dirigente del Frente Popular, Francisco Martínez Sánchez, conocido como “Don Panchito”, de que ahí nunca les pasaría nada y estarían seguros, el único requisito sólo era participar en todos las movilizaciones convocadas por la organización.

“A cualquier cosa que nos llamaban, ahí estábamos; íbamos a marchas, bloqueos, mítines, a todo, porque ese era el compromiso. En realidad no somos del ’14 de Junio’, fuimos engañados; siempre nos mintieron pues dijeron que era propiedad privada.

“Hasta nos endeudamos con mi esposo para comprar tabiques y cemento y comenzar a construir una casa más formal, ahora lo perdimos todo”, se lamenta ella.

Desde hace más de tres años, el Frente Popular comenzó a invadir terrenos en el cerro, en la parte alta de la agencia Vicente Guerrero, e incluso invadió un predio del Gobierno del Estado, donde paulatinamente asentó a sus militantes y creó al menos cinco colonias irregulares.

A punto de cumplir un mes de vivir en el zócalo, los desplazados, los otros del “14 de Junio”, sólo tienen la promesa de la Secretaría General de Gobierno de buscarles un lugar dónde reanudar su vida, como se pueda.

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