A cinco años de distancia, se trabaja en un plan para aminorar los riesgos que aún presentan estas edificaciones, de acuerdo con la Dirección del Centro Histórico y Patrimonio Edificado del ayuntamiento de Oaxaca de Juárez.


El objetivo principal es “tener una metodología de actuación para identificar los riesgos y poder actuar en el momento de una contingencia de una manera ordenada, puntual y poder mitigar daños”.
El documento, al que tuvo acceso EL UNIVERSAL, tiene como propósito 16 actividades clave, que incluyen la preparación, revisión y actualización periódica de las políticas, planes y programas de preparación y contingencia ante los desastres; el desarrollo de sistemas de alerta temprana y previsión multisectoriales centrados en las personas y los múltiples peligros; y la promoción de la resiliencia de las infraestructuras esenciales nuevas y existentes.
Aunque el plan se creó en 2017, se retomó en esta administración que inició en enero pasado, a fin de actuar con más eficacia ante contingencias como los sismos.
Entre los más destacados de la capital oaxaqueña resultaron con afectaciones la Catedral Metropolitana, el templo y exconvento de Santo Domingo de Guzmán y la zona arqueológica de Monte Albán.

Acorde con el INAH, hasta el 22 de julio pasado se reportaba a restauración plena de mil 434 inmuebles, un avance superior a 65%, pero no incluían a Oaxaca, pues el instituto reconoce que será hasta 2023 que los esfuerzos se centrarán en Oaxaca, Puebla y Ciudad de México.
El retraso que reconoce el INAH en la restauración de monumentos, templos y edificios históricos es justificado por las autoridades municipales por la pandemia de Covid-19, pues dicen que alentó los trabajos.
Además, agrega que las construcciones en la ciudad de Oaxaca se han adaptado a la experiencia y por tratarse de una zona sísmica, la arquitectura es resistente. Por esta razón, detalla, los principales daños son por falta de mantenimiento.
“Si en 2017 los inmuebles se dañaron un poquito más fue porque el sismo sucedió cuando se registraban fuertes lluvias, a ello se suma la falta de mantenimiento, reportes de colapsos, de construcciones que al final no resistieron”, añade.

Pese a ello, afirma que se ha avanzado en la atención a inmuebles en mal estado y se han identificado edificios con valor histórico que representan riesgos en caso de sismos, pero están abandonados. Muchos otros tienen daños que no son visibles desde las fachadas y con los sismos, se dañan más.
“Estos inmuebles tienen diversas problemáticas, en algunos hay indolencia de los propietarios, quienes no tienen interés en repararlos, por lo que el deterioro es inevitable. Hay otros con situaciones jurídicas, como litigios, por lo que no se puede acreditar la propiedad y, por lo tanto, no pueden intervenirse”, agrega.
Sin embargo, señala que el problema central es que las reparaciones de inmuebles antiguos requieren de recursos económicos, algo que muchas familias no poseen y al no haberse dañado por los sismos, no entraron en los planes de reconstrucción del gobierno. Según el ayuntamiento capitalino, hasta este 2022 se han emitido 40 notificaciones para informar sobre el estado de inmuebles que podrían ocasionar un accidente.
“Lo que hacemos es exhortar a las y los propietarios para informar sobre el estado del inmueble, apoyarlos en lo que se requiera y atender el problema”, agrega la funcionaria.
Pese a las notificaciones, sólo una decena de propietarios se han acercado a la dirección municipal para recibir orientación. “A esos inmuebles les damos un tratamiento especial, asesoría en coordinación con el INAH, para atenderlo lo más rápido posible”, finaliza.