En la zona del mercado, en el primer cuadro de la ciudad, se generan al menos 60 toneladas de basura al día, que por reciente disposición municipal tienen que ser clasificadas en orgánicos e inorgánicas.
“Lo que hemos hecho es guardar la basura en nuestros hogares. Desde hace tres días comenzaron a pasar los camiones que recolectan la basura separada”, lamenta la comerciante. “Si bien hay mucha disposición de todos, falta la infraestructura. No la hay, tampoco los procesos de capacitación formativos, vamos al día”.
Mientras el municipio resuelve el problema, comerciantes y vecinos mantienen su basura almacenada. En días pasados, el ayuntamiento estableció rutas de recolección de residuos orgánicos que inician a partir de las 7:00 horas, por lo que quienes habitan en la capital del estado deben permanecer alertas.
Manuel García, vecino del Centro, indica que separa sus desechos de manera empírica. Pone restos de alimentos en un contenedor y la demás basura en otro. “Nadie nos dijo cómo hay que separarla”, señala.
Tanto los vecinos como los comerciantes coinciden en que la clasificación emergente de la basura es un reto. “Muchas personas no entienden aún cómo funciona”, indican.
“Necesitamos capacitación y procesos más largos para alcanzar al universo de todos los mercados”, dice Susana sobre el manejo y separación de basura.
“Hay mucha disponibilidad por parte de la gente, de los comerciantes, prueba de ello es que no nos encontramos con las montañas de basura tiradas en las calles, como en otras ocasiones. Sabemos que hay mucho turismo y no podemos dar esa imagen”, recalca.
Menciona que en el mercado implementan medidas como evitar usar plásticos de un solo uso de manera excesiva y dejar sus desechos inorgánicos reciclables en centros de acopio.
También han comenzado a usar artículos desechables de papel y cartón, en lugar de plástico. El problema, anticipan las y los comerciantes, podría disparar los precios, pues el papel es más caro que las bolsas.