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En términos cuantitativos, 77% de la población infantil que trabaja en calles de la zona metropolitana de Oaxaca son niños y 27% son niñas, de acuerdo con el informe.

El enfoque de género en el estudio, explica, permitió detectar y visualizar “ciertas sutilezas”.
La investigación arrojó que aunque niños que trabajan son más en número, en términos esenciales son las niñas las que tienen una agencia más amplia de trabajo y también padecen un mayor desdén en los trabajos que realizan.
“Por lo regular, a los hombres que hacen trabajo callejero se les tiene por una fachada de trabajadores y proveedores, aunque estrictamente no lo sean así, porque no contribuyen muchas veces directamente al gasto familiar y se involucran poco o nada en las labores domésticas.
“Mientras que en el caso de las niñas y las mujeres decimos que tienen una agencia más amplia, porque ellas no solamente son trabajadoras y proveedoras, también son protectoras, cuidadoras y muchas veces hasta son estudiantes”.
Alejandro Lima señala que esto tiene que ver en gran medida con una dinámica histórica y social de asimilación de las mujeres o de la inclusión de las mujeres dentro del mercado laboral, en el que se establece que ésta no se debe necesariamente al ejercicio de libertades sino a precariedades y crisis económicas que han obligado a que las mujeres, las niñas y niños, hagan actividades productivas para hacer frente a las dificultades económicas.

En el caso de las mujeres y niñas, aunque han ganado cierta independencia económica, están sobrecargadas en sus funciones, pues además del trabajo remunerativo deben cumplir con el doméstico, así como con el cuidado de los niños.
“El papel tradicional de las mujeres y de las niñas como cuidadoras, y como realizadoras del trabajo doméstico no ha cambiado, ahora se les agregan otros roles y responsabilidades y esto provoca una sobrecarga del trabajo”, explica Canica.
El coordinador de Desarrollo Institucional de Canica detalla que han identificado tres tipos de trabajo infantil en la zona metropolitana de Oaxaca.
El primero lo hacen aquellos niños, niñas y sus familias que llegan por temporadas de turismo a vender productos, dulces o a pedir dinero, y luego regresan a sus lugares de origen.

“Nosotros consideramos que la política pública hasta el momento ha sido insuficiente, inexistente en muchos casos e ineficaz, porque no se ha desarrollado realmente bajo una co-creación de los organismos y las instancias correspondientes para abordar la problemática”.
