Observadores locales y testigos elevan a alrededor de 40 mil el número de participantes, que fueron llegando a lo largo de la mañana a los principales puntos de convocatoria: Rafah y Kan Younis en el sur, El Bureij y este de Gaza capital en el centro, y Yabalia en la zona norte.
El Ejército israelí aseguró que lanzaron contra las tropas "bombas incendiarias, piedras y neumáticos en llamas" y que estas, en respuesta, "usaron medios de dispersión y disparos contra los principales instigadores".
Ya a primeras horas de la mañana, un tanque israelí disparó sobre un palestino que estaba cerca de la valla causándole la muerte. Según fuentes palestinas, se trataba de un agricultor que se acercó a sus tierras.
Más tarde, los enfrentamientos en la frontera fueron dejando un reguero de víctimas, que ascendía a media tarde a doce muertos y mil 100 heridos, incluidos varios cientos por inhalación de gas lacrimógeno, según cifras del Ministerio de Salud palestino.
Israel había advertido a los gazatíes de que no vulnerasen la valla de seguridad ni se acercasen a ella durante las protestas, lanzando cuartillas desde aviones, a través de medios sociales y con declaraciones a medios de comunicación.
Esta mañana, el Ejército apostó batallones de infantería adicionales en las inmediaciones de la verja y cerró los accesos a los puntos adyacentes a la Franja, que declaró zona militar cerrada y donde apostó tropas para impedir el paso a los civiles.
El jefe del Estado Mayor, Gadi Eisenkot, estuvo personalmente al frente de la operación, ante el riesgo de escalada en la zona.
Además, la Policía de Fronteras y la Nacional enviaron refuerzos al sur del país para actuar como segunda línea de defensa en caso de que hubiera palestinos que lograsen pasar la valla y a los soldados, según pudo constatar Efe.
Esta semana, los organizadores montaron grandes tiendas de campaña a unos 700 metros de la frontera para la Gran Marcha del Retorno, con la intención de iniciarla hoy y mantener la presencia de cientos de personas hasta el 15 de mayo, conmemoración de la Nakba (Catástrofe), que marca el inicio de la desposesión y exilio palestino tras la creación del Estado de Israel, en 1948.
Según la ONU, unos 1.3 millones de gazatíes, de los dos millones que habitan la Franja, son refugiados o descendientes de refugiados.
Esta marcha de protesta es, aseguró hoy el líder del ala política de Hamas, Ismail Haniye, "un mensaje a (el presidente estadounidense Donald) Trump y a de todos los que apoyan su decisión (de reconocer Jerusalén como capital de Israel) de que no se hacen concesiones en Jerusalén, no hay una alternativa a Palestina y no hay otra solución que el retorno" de los refugiados.
El secretario general de la Organización para la Liberación de Palestina (OLP), Saeb Erekat, señaló: "Lloramos a los mártires de nuestro gran pueblo y les decimos a sus familias que nuestro pueblo no se rendirá. La conciencia global deberá reconocer que la historia está en último lugar de lado de los derechos de los pueblos, y la tierra es el corazón de estos".