“Prometieron apoyo y nos cierran la puerta”

México, hasta hace poco, por lo menos era en algunos lugares más seguro que Managua, Ciudad de Guatemala, San Salvador, Tegucigalpa y ya no”, dicen activistas

Foto: Notimex
Mundo 31/07/2019 14:00 Max Aub Washington Actualizada 14:00

Es muy preocupante la situación del respeto a los derechos humanos en México en este momento. Cuando esperábamos que bajo una nueva administración [de Andrés Manuel López Obrador], los migrantes que atraviesan territorio mexicano iban a estar más protegidos, es cuando menos lo estamos”, dice Jorge Mario Cabrera, vocero y director de Comunicación de la Coalición para los Derechos Humanos de los Inmigrantes, con sede en Los Ángeles (CHIRLA, por sus siglas en inglés) a EL UNIVERSAL.

“Constantemente estamos recibiendo y corroborando en los últimos meses historias de migrantes secuestrados, asesinados, mujeres violadas, detenciones arbitrarias, encierros en centros sin la más mínima higiene y atención médica. Entre el crimen organizado y el gobierno, los migrantes, especialmente los centroamericanos, la están pasando como nunca habíamos tenido reportes”, asegura Cabrera, de origen salvadoreño.

“México, hasta hace poco, por lo menos era en algunos lugares más seguro que Managua, Ciudad de Guatemala, San Salvador, Tegucigalpa y ya no”.

A raíz de la presión que el gobierno del presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ejerció contra México para que comenzara a detener y deportar a los migrantes, especialmente centroamericanos, que intentan llegar a la frontera norte de México para internarse sin documentos y pedir asilo en la Unión Americana, la política de bienvenida y apoyo de la administración de López Obrador dio un giro de 180 grados; los centroamericanos dejaron de ser bienvenidos.

México ha aceptado de facto, sin ningún acuerdo internacional de por medio, recibir a los inmigrantes que han estado cruzando la frontera hacia Estados Unidos para pedir asilo, la gran mayoría de ellos centroamericanos. Los procesos de revisión de una solicitud de asilo en la Unión Americana tardan un promedio de dos años. “El permitir que los migrantes que pidan asilo en este país [Estados Unidos], se regresen a ‘esperar’, así, entre comillas, a México, en estos tiempos es como dictarles la muerte”, afirma el representante de CHIRLA.

Miles de inmigrantes centroamericanos han formado caravanas desde finales del año pasado.  

“No creo que estemos exagerando cuando decimos que vejaciones, violaciones, falta de respeto a sus derechos humanos y hasta la muerte suceden con frecuencia ahora en México, quizá más que nunca”, afirma.

Mario Cabrera narra: “Tenemos un abogado especialista en migración [estadounidense] en México, que viaja en varias partes de los estados donde más inmigrantes pasan. Todas las semanas manda reportes de los abusos por parte de las autoridades, de la Guardia Nacional, de los narcos, de los coyotes, del crimen organizado y de la delincuencia común”.

El Centro de Recursos para Centroamericanos (Carecen, por sus siglas en inglés) también reaccionó a las políticas de López Obrador. “No entendemos qué pasó con la buena voluntad del presidente de México, primero nos brinda su casa, nos promete apoyo, trabajo, su mano amiga y luego nos cierra la puerta en las narices y hasta nos suelta al perro para que nos muerda”, describe María, miembro administrativo de Carecen.

“¿Te acuerdas que al principio de este año comenzó a repartir permisos para transitar por México sin problema y que la policía y todos esos agentes de migración no podían detenerte y menos encarcelarte o regresarte a tu país? ¿Te acuerdas? ¿Qué pasó?”, pregunta María, quien es originaria de Honduras y lleva más de 10 años en Los Ángeles, California.

“Estoy muy molesta por lo que está sucediendo y no soy la única, somos muchos de Honduras, Guatemala, El Salvador y hasta de otras partes”, asegura.

“Siempre pensé que era un error eso de juntarse en esos grupos gigantes [las caravanas] para venirse hasta acá [a Estados Unidos], avisar, salir en la tele y hacer no se cuánto teatro (...) Se enojó el gringo mayor. ¿Qué esperábamos? Le ordenó a México que nos metieran el pie y mira ahora cómo vamos”, declara.

Las deportaciones de centroamericanos a sus países de origen desde México se han triplicado. De acuerdo con cifras oficiales, en diciembre de 2018 los agentes mexicanos regresaron a 5 mil 717 personas; en mayo detuvieron y deportaron a 15 mil 654. Según cifras extraoficiales, este número crece.

Indocumentados en la Estación Migratoria Siglo XXI, en Tapachula.  

“Muchos mexicanos se quejan de los estadounidenses, que los persiguen, que los sacan del país, aunque tengan hijos nacidos aquí. Se la han pasado pidiendo ayuda y apoyo. Yo he ido a marchas para apoyar a todos los indocumentados de aquí [en EU] ¡Decenas de centroamericanos hemos apoyado a los mexicanos aquí en Estados Unidos! Y ahora que necesitamos que México nos ayude, míralos, soldados allá por donde entran desde Guatemala y soldados aquí en la frontera de California y quién sabe dónde más”, describe.

Peor aún, comenta. “En México los soldados están deteniendo a migrantes que se acercan a la frontera [norte]; el otro día una militar se llevó a una paisana con su hija, las detuvieron y creo que las deportaron. Aquí [en EU] por lo menos los soldados no pueden detener ni nada a los inmigrantes”.

La peor parte, dice, comenzó cuando Trump amenazó a México con iniciar una escalada de aranceles, de hasta 25%, en los productos mexicanos que ingresan a la Unión Americana a partir del 1 de julio, iniciando con 5%.

De acuerdo con los datos más recientes de la Patrulla Fronteriza, de mayo a junio se redujeron los cruces desde México. “No soy la única que está molesta o frustrada con México. O no, no es con México, es con su Presidente. Le creímos cuando dijo que éramos bienvenidos (...) Estamos decepcionados de este Presidente”.

Comentarios