En la Cuenca, música para cubrir la soledad
El panteón de la localidad lució semi vacío, de acuerdo con trabajadores del lugar hace cuatro años que las visitas al camposanto han disminuido
Es medio día y la música de banda alegraba la recepción en el panteón general “Jardín de los sueños”, rodeado de puestos de flores.
Pero dentro, la fiesta por los muertos se ausentó. En el panteón con más de seis mil tumbas se ausentaban las familias; los colores vivos de la flor de cempasúchil y la borla faltaban.
“No es por calor, ni la hora, es que las personas ya dejaron de venir a ver a sus muertos”, aclara un trabajador del cementerio con más de 30 años en el oficio de mantener limpio el lugar.
Las notas de las diferentes canciones, dedicadas a un ser amando que se va, se escuchan con claridad dentro del panteón, donde el silencio tiene su nicho.
El empleado, habla con discreción, pero afirma que desde hace al menos cuatro años la visita al panteón en esta temporada ha mermado.
Esa situación también le afecta a sus ingresos, pues ya no puede ganarse unos pesos extras dando “una manita de gato” a las tumbas.
Los pasillos en este panteón lucen vacíos, mientras que las pocas personas que ingresan limpian la tumba, dejan un par de flores, pero no tardan mucho tiempo.
La celebración por la llegada de los muertos aún no comienza en este panteón, pero la espera también es larga para los comerciantes.
Gilda Figueroa, comerciante frente al panteón, bosteza. Está aburrida de la tranquilidad en que transcurre la mañana sin ventas.
“Espero que mañana sea mejor, que se venda algo, porque hoy está muerta la venta”, expresa la mujer desde su puesto de flores, con un centenar de arreglos que ofrecer.
