Enviado por marina.vasquez en Mié, 01/03/2018 - 10:12
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Mario explica que pese a que los animalistas se oponen, ellos no enseñan a los gallos a pelear, sino que lo hacen por instinto. (MARIO ARTURO MARTÍNEZ. EL UNIVERSAL)
03/01/2018 10:12
Christian Jiménez

Crianza de gallos de pelea

oaxaca@eluniversal.com.mx

El bibliotecario Mario Eduardo Ruiz Ordaz, biólogo de formación, dedica su tiempo libre y ganancias a una actividad que en Miahuatlán, su comunidad de origen, cada vez menos personas realizan: la crianza de gallos de pelea. En una charla con EL UNIVERSAL, Mario reseña la historia que respalda la actividad que por muchos es reprobada.

Los conquistadores encontraron en la India al “Gallus bankiva”, el ancestro del gallo doméstico, donde vieron pelear a dos ejemplares por supervivencia, los capturaron y los empezaron a reproducir, dice.

La gallística, explica, dio origen a una de las principales fuentes de alimentación en el mundo, “y a pesar de que los animalistas se oponen nosotros no los enseñamos a pelear; es instintivo, incluso se pelean entre hermanos, se pelean a muerte hasta que quede el más apto, lo mismo sucede con los leones, en la selva”.

Actividad tolerada

En México no hay una ley federal que regule el maltrato animal y menos que lo sancione. La Secretaría de Gobernación (Segob) indica que “las peleas de gallos, como actividad de entretenimiento y socialización, se remontan en México a los inicios del siglo XVI, desde entonces han evolucionado, siendo un signo distintivo de nuestra cultura; esta afición está difundida a través de gran parte de la geografía de nuestro país”.

En su sitio oficial explica que los palenques, donde se  difunde principalmente esta actividad,  están asociados a la economía, arte y cultura del pueblo de estados como  Aguascalientes, León, Texcoco, Guadalajara, Puebla y Tlaxcala.

Su formación en Biología le ha permitido a Mario mejorar los linajes de los gallos hasta lograr ejemplares con siete octavos de pureza en sangre. Los experimentos biológicos iniciaron en su formación como gallero desde hace siete años; se especializa en giros, alimonados y rojos.

Actualmente, Mario cuenta con 200 ejemplares, entre gallos, pollos y gallinas, los cuales son criados en corrales y voladeros para que trabajen en diferentes texturas de tierra.

Lograr linajes que son útiles para postura y para pelea le ha ayudado a ganar premios, en ferias y jaripeos, que van desde los 5 mil hasta los 100 mil pesos. La forma de criar a los gallos, tomando su genética en cuenta, le dio campeones de pelea por más de tres generaciones.

Mario se inició en el mundo de los gallos como espectador hace 12 años, cuando asistió  a una pelea, donde atendió a un gallo giro que perdió una pelea, al quedar mal de una pata y sin posibilidades para seguir peleando, el  dueño le regaló al animal.

Fue éste, que tiene más de 15 años de edad, —aunque el  máximo de vida de un gallo es de 14 años— el que inició la cadena de crianza con una línea de consanguinidad establecida.

Un gallo de sangre pura para crianza puede llegar a costar hasta 10 mil pesos, mientras que un gallo de pelea cuesta unos 3 mil 500 pesos. Las peleas, insiste Mario, están asociadas a la buena crianza de los ejemplares, se requiere una buena alimentación y entrenamiento constante.

El criador señala que la edad ideal de un gallo para pelear es de dos años y se recomienda que se pelee sólo hasta cumplir cinco años. Sobre la alimentación, un gallo come 100 gramos de comida al día, cada kilogramo cuesta 15 pesos, precio que encarece cuando aumenta el número de gallos para criar, la producción de Mario ha alcanzado hasta dos mil ejemplares al año; a los gastos de alimentación también se suman los del veterinario. Actualmente tiene 200, entre gallos, pollos y gallinas.

Calidad genética

Los gallos con linaje definido tienen el instinto característico de cada tipo de ave para pelear, algunos saltan más, otros pegan mejor. Para preparar un gallo es necesario desparasitarlo, también requiere vitaminas para mejorar su rendimiento y consumir el alimento balanceado. Son criados en corrales y voladeros con paja, zacate y tierra para que trabajen en diferentes tipos y texturas de tierra.

“La gente piensa que los galleros son malos y delincuentes, pero todos tenemos una profesión, participan empresarios, médicos y criadores que se dedican de lleno al oficio y generan empleos; es una actividad que no sólo involucra al gallero sino a muchas familias”, declara Mario.

Un gallo de sangre pura para crianza puede costar hasta 10 mil pesos.

“Gracias a estas aves se pudo producir todas las aves comerciales que hay actualmente, si en algún momento hay alguna pandemia, los más aptos para sobrevivir son los gallos de pelea, ellos tendrían la capacidad de regenerar a toda la especie y aunque implica sangre, es parte de su naturaleza, de su instinto”, finaliza.

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